Mariana, su época y su monumento, en el facsímil de Mondas

Lola Morán Fdez.
-

Esta XXXVI edición corre a cargo de los autores Jaime Olmedo, César Pacheco y Luis Francisco Peñalver, que han participado este martes en su presentación

Mariana, su época y su monumento, en el facsímil de Mondas - Foto: L.T.

La figura de Padre Juan de Mariana, cómo era la Talavera de su época y el monumento que se erigió en la ciudad en su honor son los tres pilares sobre los que sustenta el facsímil de Mondas este año. Jaime Olmedo, César Pacheco y Luis Francisco Peñalver son los autores del XXXVI facsímil dedicado a esta festividad, que se ha presentado en el Teatro Victoria este martes, como es tradición, y que gira en torno a este personaje talaverano con motivo del IV Centenario de su muerte.

Como explica Olmedo a La Tribuna, la obra, que lleva por título 'Padre Juan de Mariana, IV Centenario de su muerte 1624-2024)', se divide en tres partes, la primera de ellas centrada en la vida y obra del protagonista, «desde su nacimiento en Talavera, su bautizo en La Pueblanueva, hasta su muerte en Toledo», haciendo un repaso también a todas sus publicaciones y los procesos judiciales que protagonizó.

Este apartado busca poner de relieve la trascendencia que tuvo en su momento y la que ha tenido después, así como «la aportación del Padre Juan de Mariana a la cultura y a la historia de España». Sobre esta cuestión, Olmedo recuerda que Mariana es el autor de «la primera obra científica dedicada a la Historia de España».

Lo anterior «había utilizado mucha materia legendaria, mucha fabulación» y él «es el primero que hace una historia completa de España de una forma científica, con estudio de fuentes, contrastando opiniones de diferentes historiadores», explica Olmedo.

Por ello, se le conoce como «el padre de la historiografía española», con un libro que escribió primero en latín, en el año 1592, y que traduce él mismo al castellano en 1601. Fue el pionero en este sentido y, a partir de ahí, «siempre ha sido una referencia».

Además, antes de él, solo había escrito una Historia de España Alfonso X El Sabio en 1276, pero además esa 'Crónica General de España' «tiene todos esos elementos de carácter legendario y no la escribe él, el rey, porque tenía un equipo de cronistas», mientras que en el caso del Padre Juan de Mariana «es un esfuerzo individual».

Desde Mariana, «no hay otra Historia de España hasta Modesto Lafuente en el siglo XIX», lo que supone una diferencia entre ambas publicaciones de «más de medio milenio». Por tanto, el talaverano «se pone en el centro de toda una época en la que ha sido el gran referente para la Historia de España». Es «el que establece el método» para abordar esta cuestión y, de hecho, la historia española «no se entendería sin su obra». «Lo que se ha venido haciendo después tiene un antecedente obligado al Padre Juan de Mariana».

La Talavera de la época. Una segunda parte del facsímil, elaborada por Pacheco, aborda «cómo era la Talavera en la época del Padre Juan de Mariana», retratando el «paisaje urbano» de la ciudad en esos años de finales del siglo XVI y principios del XVII. Junto a la conformación urbana de la ciudad, el autor aborda la presencia de personajes relevantes en la Talavera de ese momento, que era una ciudad «muy pujante, con personajes de gran importancia», señala Olmedo.

De hecho, una de las obras más destacadas de Mariana, 'De rege et regis institutione', fue un encargo de su «amigo y paisano» García de Loaysa, talaverano y arzobispo primado de Toledo que fue además el preceptor del entonces príncipe y que se convertiría en el rey Felipe III, detalla Jaime Olmedo. «Tenemos unos personajes talaveranos en lo que es la cúspide de la monarquía hispánica», remarca el autor del facsímil, quien subraya la «gran relevancia cultural pero sobre todo también política» de Talavera en esos años.

Una tercera parte, a cargo de Peñalver, es un estudio del único monumento erigido en la ciudad al Padre Juan de Mariana en la plaza a la que da nombre junto al Ayuntamiento de Talavera, partiendo de la monografía que el autor hizo de esta pieza, que se levantó por suscripción popular y cuya primera piedra se colocó en el año 1887 para inaugurarse ya en 1888.

La estatua, como indica Olmedo, se erige en un momento en el  cual «Talavera empieza a crear conciencia de quiénes han sido sus personajes relevantes», algo que también se puede comprobar en las placas de las naves laterales de la ahora Basílica del Prado que recogen los nombres de estas personalidades vinculadas a la ciudad, entre ellos el Padre Juan de Mariana. «Se va creando esa conciencia y Talavera trata de homenajear y poner en valor a estas figuras», indica.