La Mancha toledana pierde 4.500 menores de 20 años desde 2008

Á. de la Paz
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La población mayor de 65 años acumula unos 20.000 habitantes en la comarca, mientras que la cifra de residentes de entre 0 y 19 años se sitúa en torno a los 15.000 vecinos

El cambio constatado en los últimos 15 años describe el paulatino envejecimiento del territorio suroriental de la provincia. - Foto: David Pérez

Las 19 localidades que integran la Mancha toledana suman 19.156 vecinos con 65 o más años, una cifra que supera al volumen de empadronados menores de 20 años, cuya cuantía se estimaba, a fecha de 1 de enero de 2023, en 15.615 personas. En esta comarca toledana existen, por tanto, más residentes en la etapa de retiro laboral por jubilación que población en edad escolar y primer ciclo de vida adulta. La cifra de menores de 15 años baja hasta los 10.983 niños y adolescentes.

El 1 de enero de 2008, la población acumulada de estos municipios entre los 0 y los 19 años ascendía hasta los 20.193 habitantes. En los últimos quince años, por tanto, estas cohortes de corta edad han reducido su peso en unas 4.500 personas. Entretanto, la cantidad de ciudadanos de la tercera edad se mantiene un guarismo similar, con 19.145 censados.

El análisis de las cohortes quinquenales muestra, además, otros datos significativos sobre el cambio en la estructura demográfica en la zona: en 2008, se contabilizaban 4.451 niños con entre 0 y 4 años de vida, por los 2.942 de 2023. También resulta sorprendente el repunte en el total de centenarios: de 15 a 25 -aunque quepa reseñar la generalizada extensión de la esperanza de vida.

El cambio constatado en los últimos 15 años describe el paulatino envejecimiento del territorio suroriental de la provincia, un área que, en cualquier caso, disfruta de una situación comparativa más favorable que la Jara, los Montes de Toledo o la Campana de Oropesa, espacios de la provincia con peores perspectivas demográficas.

La progresiva transformación de la pirámide de población en estos municipios se corresponde con un fenómeno habitual en gran parte del centro del país: la población tiende tanto a minorar como a envejecer. La dinámica, además, concurre con un leve descenso del volumen del padrón conjunto: desde los 97.000 vecinos de entonces a los 86.000 actuales.

Aproximadamente, uno de cada ocho habitantes de la provincia vive en un extenso espacio que se caracteriza por una cierta dispersión de los núcleos urbanos, lo que se traduce en términos municipales de notable tamaño y una mayor distancia entre municipios de la que se registra en otros puntos de la geografía toledana. Son cinco las localidades de la Mancha toledana con unos 10.000 habitantes, la frontera que separa un pueblo de una ciudad: Quintanar de la Orden (11.062), Madridejos (10.151), Mora (9.881), Consuegra (9.854) y Villacañas (9.603). La población de las agrociudades manchegas situadas en la provincia ha menguado ligeramente en los últimos tres lustros. En 2008, parteaguas del crecimiento económico y la gran recesión posterior, los censos de estos cinco ayuntamientos eran algo más elevados que los actuales: Quintanar tenía 11.067 habitantes (-5); Madridejos, 11.354 (-1.203); Mora, 10.536 (-655); Consuegra, 10.876 (-1.022); y Villacañas, 10.605 (-1.002). Las caídas son también generalizadas en los pueblos más pequeños de esta comarca.

COSTE SOCIOECONÓMICO. La buena comunicación por carretera de la comarca y su condición de zona de paso hacia el sur y el este peninsular suponen una de las fortalezas de la comarca. Asimismo, la pujanza de la actividades agrícolas y ganaderas posibilitan un notable desarrollo de la industria agroalimentaria. Además, perviven algunos usos industriales tradicionales (madera o mecanizados) con otros de nueva instalación (logística). La presencia de millares de habitantes garantiza la prestación de ciertos servicios, al menos en las localidades más pobladas: existe un  mercado interno al que le resulta más sencillo el consumo de determinados productos materiales o inmateriales cerca de su lugar de residencia. 

La nueva estructura social, sin embargo, amenaza en el largo plazo la pervivencia de otros servicios, especialmente en los pueblos de menor tamaño. Los recursos educativos, vinculados a las edades más tempranas, los pequeños establecimiento de consumo recurrente (bares o tiendas) e incluso los negocios de regulación pública (como farmacias, estancos o administraciones de loterías) pueden verse afectados, tal vez con más incidencia en los pueblos de menor tamaño, si la caída descrita no se atenúa o se logra revertir.

La comarca cuenta con cuatro pueblos que no superan el millar de habitantes: Turleque, Villanueva de Bogas, El Romeral y Cabezamesada, en orden decreciente según sus respectivos tamaños censales.