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Mejorar la eficiencia y la competitividad de las farmacias. Es el motivo por el que la Fundación Caja Rural Castilla-La Mancha, a través de su Instituto de Innovación y Competitividad, pondrá en marcha el programa de Dirección Integral de Farmacias Comunitarias (Dirfar), dirigido a titulares de farmacia y farmacéuticos que busquen mejorar la eficiencia y la gestión de su establecimiento.
La directora de la Fundación, Ana López-Casero, explicó que Dirfar está concebido como una herramienta al servicio de los 2.650 profesionales colegiados de la comunidad, en virtud de un convenio de colaboración entre la Fundación Caja Rural Castilla-La Mancha y el Consejo Regional de Colegios Oficiales de Farmacéuticos en el que se enmarcarán nuevos proyectos en las próximas fechas.
Añadió que el programa está dirigido a titulares de farmacia y farmacéuticos adjuntos con responsabilidades en la gestión que busquen mejorar la eficiencia y la gestión de su farmacia adquiriendo nuevas competencias profesionales, acordes con las demandas de los pacientes y del mercado actual.
Para ello dijo que ofrece un programa formativo en gestión, habilidades directivas y liderazgo, así como la posibilidad de que los farmacéuticos realicen su propio plan de reactivación profesional, aplicando los conceptos adquiridos de la mano de profesionales especializados. «Tendrá contenidos teóricos pero también tiene una parte práctica muy importante», advirtió.
López-Casero explicó que los objetivos de este plan son «conocer en profundidad la situación actual de la oficina de farmacia, analizar las variables de mercado que influyen en el funcionamiento de la misma y marcar un plan de acción para mejorar y obtener o ampliar los beneficios actuales».
Además, dijo que enseñará cómo orientar el negocio de la farmacia ante los cambios, incidirá en la forma de gestionar el equipo humano, la mejora en calidad de los procesos de compra o cómo hacer más rentable el negocio.
La directora de la Fundación destacó la importancia de los farmacéuticos que desarrollan su actividad profesional en la oficina de farmacia, calificándolos como «un activo fundamental para el Sistema Nacional de Salud».
Así, consideró que estos profesionales «necesitan todas las herramientas para desempeñar su imprescindible labor sanitaria y su gran trabajo al servicio de los pacientes».