Los vecinos alertan de reformas para posible uso turístico

Á. de la Paz
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Iniciativa Ciudadana pide «supervisar» los proyectos de mejora de vivienda en el Casco que se hacen bajo uso residencial, pero mantienen la idea pretérita de apartamento para viajeros

El consejo de participación del Casco Histórico se celebró en la sala de prensa del Ayuntamiento. - Foto: La Tribuna

Los vecinos del Casco Histórico de Toledo aprobaron una propuesta planteada por Iniciativa Ciudadana que reclama «supervisar con más rigor» las licencias municipales que se conceden para los proyectos de reforma en el barrio. En esta entidad se tiene la «sospecha» de que dos remodelaciones recientes realizadas para uso residencial se pretenden transformar, una vez se levante la suspensión en vigor, en establecimiento para uso turístico. Hilario Alarcón, responsable del colectivo vecinal, asegura que tras el cese decretado en el mes de marzo, ambos proyectos, pensados para uso turístico, han mantenido su plan inicial de remozado del interior de los espacios, lo que a su juicio implica una voluntad de convertirlos en turísticos en cuanto sus propietarios dispongan de tal oportunidad.

Se trata, según Alarcón, de esbozos de «apartamentos turísticos que, sin cambiar de proyecto, se han disfrazado de vivienda residencial». Además, el coordinador de la plataforma vecinal, refiere que «los hostales no tienen esa limitación de suspensión» y critica la posibilidad de que «se esté utilizando una normativa para evitar otra». Para este vecino, «lo sospechoso es que no cambian el proyecto; sólo cambian la denominación».

Respecto al establecimiento de hostales y hoteles «no hay ninguna limitación». Además, la proyección de alcanzar el uso turístico en el 20% de las viviendas del Casco, lo que supondría un parque aproximado de unos 1.300 pisos en el barrio monumental de la ciudad, supondría «trasladar todo lo que estuvo previsto para construir en la Vega Baja».

El Ayuntamiento de Toledo no ha tramitado ninguna de las licencias de apertura turística recibidas después de marzo. «Y se va a continuar sin dar más licencias», subraya Rubén Lozano, presidente del distrito. «Las de antes sí, porque había un cierto atasco», añade. Tanto el edil de Medio Ambiente, como los responsables de Asuntos Sociales, Marisol Illescas, y Promoción Económica, Juan Marín, señalan la distinción entre licencias como barrera para frenar cualquier ilegalidad. Una «licencia de obra es diferente a la licencia de apertura para un establecimiento turístico», recuerdan los concejales del equipo de Gobierno. Así, la petición de una licencia de obras «para un apartamento normal no se puede suspender», explica Illescas. Ese inmueble, sin embargo, no podría utilizarse como apartamento turístico. «Es algo legítimo siempre que después no se emplee para uso hotelero y siempre que, tras la reforma, no hagan el cambiazo», agrega la titular de Asuntos Sociales. «La licencia no se puede negar si es para vivienda residencial», remacha Marín. 

El problema, por tanto, queda circunscrito al uso del inmueble. Sin embargo, el cambio de uso residencial a uso terciario no resulta ahora posible. En cualquier caso, los vecinos exigen medidas a través de la legislación urbanística municipal para «preservar el carácter residencial del Casco» ante los riesgos de la turistificación.

Alarcón, además, apunta a las diferentes distribuciones y equipamientos que tienen una vivienda residencial y un apartamiento turístico. «No es lo mismo vivir, que solamente dormir», dice.

BUSCAR CASA POR CASA. La extensión del modelo seguido por el Ayuntamiento para detectar las tarjetas fraudulentas de la ORA en el Casco es un método que uno de los asistentes al Consejo de Participación propone para actualizar el registro de las viviendas turísticas en Toledo.

El ponente apunta a la «gran distorsión» que existe entre el medio millar de licencias oficiales «con la cantidad de pisos que los ciudadanos vemos y con las listas de pisos que diferentes plataformas ofrecen». Las estimaciones de este toledano estiran por encima del millar el número de inmuebles destinados a uso turístico en el Casco Histórico, el doble de las que contabiliza la última estadística.