La DANA ha dejado en la ruina a varios empresarios de la calle Río Mundo del Polígono Industrial. De hecho, algunos de ellos han anunciado ya a sus allegados su intención de cerrar. No van a poder recuperarse de unas inundaciones de agua y lodo que llegaron el pasado domingo a metro y medio. Este miércoles ha visitado la zona una delegación de la Federación Empresarial Toledana (Fedeto) que ha podido contemplar los restos de la DANA horrorizada. Solo en parte, porque el barro todavía les impidió el paso más allá de la mitad del vial. Sus representantes escucharon horrorizados los lamentos de varios empresarios.

«Es apocalíptico y hemos visto la ruina de algunos empresarios, no de todos, porque todo sigue anegado y no hemos podido pasar de la mitad de la calle», resume el secretario general de Fedeto, Manuel Madruga. La desesperación si cabe es todavía mayor porque algunos empresarios tienen todas las facturas y demás documentación en su empresa, y viendo cómo está el barro, van a tener muy difícil justificar sus pérdidas, «la gente está en una situación angustiosa, de momento, pero que se antoja desesperada». Para algunos ya han sido demasiadas crisis.

Se da la circunstancia de que esta zona está metro y medio por debajo de la Schweppes, el laboratorio vecino tras la anterior DANA ha hecho un muro de seguridad y al final de la propia calle, para evitar robos, también se ha levantado un muro. Todo ello ha provocado una gran retención de agua y, lo peor, barro. A falta de poder entrar en la calle y hacer valoraciones económicas, hay empresas que acaban de invertir tres millones y que podrían haberlos perdido.

La DANA deja en Río Mundo empresas al borde de la ruinaAyudas. A Río Mundo también acudió ayer el alcalde de la ciudad, Carlos Velázquez, que se ha comprometido a limpiar la zona cuanto antes, además de otras autoridades. Pero para Fedeto hay que ir más lejos.

Más allá del caso concreto del polígono industrial, y hablando de toda la provincia, Madruga apunta la necesidad de que actúen en paralelo y con urgencias el Consocio de Seguros y la administración pública. Empezando por la segunda, apunta que «estamos todos más que hartos y resabiados de que cuando la administración pública dice que va a declarar una zona catastrófica, es una zona de tratar de tranquilizar los ánimos, pero en la práctica no vale para nada, porque no actúan rápidamente, dejan pasar los meses y los expedientes no se mueven». Y Madruga aquí pone tres ejemplos, como los 600 euros comprometidos tras Filomena, que no han llegado a una sola empresa; la situación de los desplazados por el volcán de La Palma, que siguen desplazados; o los vecinos de Lorca que desde 2011 siguen sin ver soluciones.

En definitiva, «esto se queda en un mero anuncio, hay muchas visitas y no se hace nada, cuando se deberían adoptar medidas excepcionalísimas y urgentes». Esto pasan por que los peritos del propio Estado valoren los daños y si el Consorcio de Compensación de Seguros no da abasto, reciba ayuda para acortar los plazos. Los expedientes, a su juicio, deberían tener un mes para conformar el expediente, otro para dictar resolución y un tercero, como mucho, para ejecutar, «porque no hay justicia cuando la justicia se lleva a cabo de forma tardía».

La DANA deja en Río Mundo empresas al borde de la ruinaMadruga también recuerda las once medidas reivindicadas por Fedeto para ayudar a los empresarios, como las suspensiones de contrato de trabajo por fuerza mayor, un cese de actividad para autónomos que no tienen el tiempo suficiente, cese de tasas, ayudas directas o líneas de préstamo ICO, «porque estamos hablando de la ruina». Todo lo recoge un real decreto para situaciones catastróficas. Pero «¿qué hacemos proponiéndolas si la administración actúa tarde, mal y nunca?».

Por ejemplo, no ve la hora de que alguna administración limpie de lodo por completo esta calle.

Prevención. Al margen de medidas paliativas, la prevención de situaciones así tiene varios condicionantes. Cierto es que dependerá de la intensidad del elemento climático. Pero Madruga también reconoce que pueblos y ciudades «hay determinadas zonas que sabemos desde siempre que cuando hay una lluvia no hay tan intensa hay permanentes inundaciones». De ahí que solicite que cuando los empresarios pidan reparaciones, se hagan, para que no lleguen desgracias así. «Aunque en el caso de esta DANA, nada podíamos hacer», se lamenta, pero «hay que reparar aquello que llevamos siglos pidiendo que se repare».