«Las becas en las escuelas municipales han subido un 69%»

Á. de la Paz
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El concejal de Educación del Ayuntamiento de Toledo aborda el futuro de La Alhóndiga, desgrana las diferentes apuestas formativas de la ciudad y abre la puerta a la construcción de nuevos centros educativos

Daniel Morcillo es concejal de Educación y Servicios Educativos. - Foto: Yolanda Lancha

Toledo Educa es un proyecto del anterior equipo de Gobierno que sigue vigente. ¿Qué futuro le espera a este programa que dibuja las líneas maestras de la educación en la ciudad?

Vamos a mantenerlo porque la idea nos parece buena. Este año ya lo hemos llamado Toledo Educa 2.0 y lo hemos dado una vuelta. Hasta ahora, la organización del programa consistía, y era lo que se mandaba a los colegios, en un listado de actividades sin orden ni concierto y más por empresas que por contenidos. Hemos organizado los cursos que ya había por temáticas y, además, los hemos ampliado. Hemos añadido cursos para docentes y padres porque entendemos que la educación no solo afecta a los hijos. Nos parece bueno que dispongan de una serie herramientas, de cursos y talleres gratuitos en los que poder aprender y saber en qué situación se encuentran sus hijos y cómo afrontar determinados problemas y situaciones. Hay cursos de todo tipo, también de acoso, ciberbullying o nutrición. Tienen una temática muy variada para que los padres puedan tener ese plus de formación que creemos es indispensable.

La reforma de la Alhóndiga es una de las grandes propuestas para la educación en Toledo.

El edificio incluirá las escuelas municipales de música, danza y artes escénicas y nos va a permitir ensanchar la oferta del Ayuntamiento en las artes. Actualmente, tenemos una escuela de música, pero no tenemos ni de danza ni artes escénicas. Sabemos que existen ciertas academias privadas, pero queremos intentar complementar esa formación municipal oficial de música con otras artes porque entendemos que cubrirá un vacío que existe en la ciudad. Además, podría permitir a los chicos dar el salto a estudios superiores en un futuro. 

He hablado sobre su apertura con los técnicos del Ayuntamiento. Mi objetivo, deseo y carta a los Reyes Magos sería tenerlo disponible en septiembre de 2025. Pero entiendo que es un proyecto de una envergadura considerable y, siendo realista, va a ser prácticamente imposible que esté para esa fecha. Lo más razonable es intentar inaugurarlo un curso después, para el 2026/2027, y que en septiembre de 2026 ya esté funcionando.

¿Van a reforzar la presencia de la Escuela de Idiomas en el Polígono?

Ya disponemos de un aula en el que una profesora da las clases. La intención es ampliar con al menos otra aula porque entendemos que la demanda del barrio es alta y que las instalaciones actuales, en la calle Bruselas, pilla regular a muchos padres. De hecho, estimamos que llenaríamos un aula fácilmente y que, por tanto, no supondría un gasto excesivo porque se vería rápidamente compensado con las matrículas. La intención es poner un aula más en el barrio de cara al curso 2024/2025, aunque entendemos que las cosas van despacio. 

¿Hay espacio para la construcción de nuevos institutos en el Polígono, distrito más poblado de la ciudad, o cerca de los emergentes barrios de Valparaíso y La Legua?

Habría que ver exactamente cuál es la evolución de los alumnos que están cursando Primaria y si existe la posibilidad de ampliar a instituto, ya sea en Buenavista o en el Polígono. En cualquier caso, esa es una decisión que no compete al Ayuntamiento: los institutos de Secundaria y Bachillerato corresponden a la Junta de Comunidades. Antes de ser concejal me planteaba la posibilidad de ampliar y poner un instituto en el Polígono. Lo ideal sería ver las estadísticas y la pirámide de población actual para determinar si, en un futuro próximo, sería necesario construir un instituto más. Tenemos que tener en cuenta que la tasa de natalidad está descendiendo, por lo que no tendría mucho sentido abrir un centro sabiendo que a diez o quince años vista va a estar infrautilizado. 

¿Pueden implantarse más centros privados y concertados en la ciudad?

Hay dos centros privados en la ciudad: San Patricio y el Seminario Menor de Toledo, aunque el segundo tiene unas características especiales. 

El tema de los centros educativos privados o concertados no deja de ser una iniciativa de una cooperativa o de alguna orden religiosa. En este caso, desde el Ayuntamiento de Toledo no cerramos ninguna puerta: estamos a favor de la libertad de educación y si hay una institución que cree conveniente que se puede cubrir una demanda y con capital privado quiere iniciar el proyecto, nosotros, de primeras, no nos cerraríamos esa puerta. Teniendo en cuenta que se trataría de una iniciativa totalmente privada, si ellos ven la viabilidad, entiendo que desde el Ayuntamiento no habría ningún problema.

¿Hay algún proyecto de este tipo abierto?

Que yo sepa, no. Ha habido un par de instituciones que me han preguntado si habría posibilidad y yo les he dicho que por mi parte no hay ningún impedimento.

¿El Ayuntamiento cedería la parcela?

Esa posibilidad se extralimita de mis competencias y dependería del concejal de Planeamiento Urbanístico [Florentino Delgado] y el alcalde [Carlos Velázquez]. Pero entiendo que si existe la parcela, no existirían trabas.  

¿Cabe ampliar la oferta de las escuelas municipales con formación relacionada con la tecnología?

No nos lo hemos planteado y entendemos que la tecnología está incluida dentro de las formaciones profesionales. Tampoco sé si existe una demanda acuciante en la ciudad que nos invite a pensárnoslo. Además, el Ayuntamiento cuenta con recursos bastante limitados y meternos en un proyecto de esas características, sin saber si va a tener mucha demanda, se antoja complicado.

Ha visitado algunos colegios e institutos de la ciudad en fechas recientes. ¿Qué le han transmitido los equipos directivos?

La respuesta que me he ido encontrando durante estos primeros meses de visitas ha sido la de que sentían un cierto abandono por parte de la anterior Corporación. No sé si por qué el área de Educación estaba algo oculta por la de Cultura, al estar siempre en la misma Concejalía, pero lo cierto es que la mayor parte de los centros me han comunicado la impresión de «es la primera vez que viene un concejal a vernos, es la primera vez que tenemos una línea directa con el concejal». Creo que la separación ha sido muy buena porque, en definitiva, la educación es muy importante. Y es conveniente que tengan línea directa conmigo y con mi Concejalía para tratar todos esos asuntos que les afectan en el día a día y que se vean cubiertas sus demandas.

Se trata de cosas muy sencillas: socavones en las puertas, facilitar los accesos, poda de árboles, llevarles arena que las lluvias les ha quitado. Son cosas que pueden parecer muy sencillas y sin importancia, pero para los colegios sí que la tiene. Por tanto, el hecho de disponer de una puerta a la que llamar para poder ser escuchados es importante. Evidentemente, nuestras competencias están muy limitadas porque gran parte de ellas dependen de la Junta de Comunidades. Pero nos afanamos para que lo que esté en nuestra mano no se quede sin hacer.

¿Hay que dar visibilidad a la educación ante el conjunto de la sociedad?

Es positivo que los alumnos realicen actividades fuera de los centros educativos. Los chicos pasan muchas horas dentro y una parte fundamental de la educación y del aprendizaje es la vivencia en primera persona. Acabo de recibir [el pasado jueves por la mañana] a un grupo de alumnos del colegio Ciudad de Aquisgrán en el ayuntamiento. Para ellos, el poder ver las cosas en primera persona y que les cuenten lo que ocurrió les impacta más y lo guardan mucho mejor en el recuerdo que una clase teórica en un aula. Estamos preparando un calendario de actividades relacionadas con diferentes ámbitos que queremos ir desarrollando a lo largo del año y no solamente en fechas señaladas como en la víspera de Constitución o el certamen de villancicos de Navidad. Queremos otra serie de actividades relacionadas con la tecnología y el emprendimiento para mover un poquito el ambiente educativo de la ciudad.

La Casa de la Juventud parece destinada al futuro cuartel de la Policía Local. Más allá de lo que ocurra, ¿sería positivo disponer de un recurso que también facilitaría la realización de actividades educativas?

Claro que estaría bien tener una Casa de la Juventud en la que se puedan realizar actividades dirigidas a chicos, adolescentes y jóvenes. Evidentemente, enriquecería la vida de la ciudad. Sería pillarnos los dedos con la con una puerta el cerrarnos las salidas a nosotros mismos y quitarnos recursos.

¿Cómo es la relación de la Concejalía de Educación con los departamentos de Cultura y de Juventud? Son dos áreas tangenciales.

Son los más cercanos y es una relación perfecta. Ana Pérez [edil de Cultura] es un encanto, una bellísima persona con la que el trato y el trabajo resulta muy agradable y muy, muy fácil. Y con José Vicente [García-Toledano, responsable de Juventud] también. Además, ha sido vecino de toda la vida de mis padres en Santa Bárbara y la relación es también muy cordial con él.

¿Qué opina de la propuesta que impulsa Ángela Sánchez, profesora en Toledo, para la prohibición del teléfono móvil en las aulas?

Llevo dos meses en contacto con Ángela. Nos hemos visto y tenemos una relación vía WhatsApp casi semanal. La llamé cuando vi su iniciativa porque me gustó mucho. Me siento muy identificado con lo que demanda: entiendo que las pantallas están haciendo mucho daño a los niños y los preadolescentes a quienes se les pone un móvil en sus manos. 

Durante la Semana Blanca [12 y 13 de febrero], vamos a hacer una rueda de prensa conjunta para hacer pública nuestra sinergia. Queremos comparecer juntos, y yo voy a aprovechar ese acto para mostrar públicamente mi apoyo a la iniciativa y que estamos en sintonía. Me parece una labor fantástica la que está haciendo porque es muy difícil luchar de manera individual, aunque la recogida de firmas ya suma decenas de miles. En este sentido, creo que Ángela está haciendo un trabajo excelente.

El discurso de su partido no casa con la narrativa dominante en asuntos como la igualdad o las políticas de género. ¿Han tenido algún encontronazo por ello?

En la calle, ningún problema. Siempre ha recomendado a la gente que realmente escuche nuestras intervenciones: que escuchen realmente lo que decimos, no lo que otros dicen que decimos. Si en algo estamos acostumbrados en Vox, es a que tergiversen nuestros mensajes. Me pasó, sin ir más lejos, en el Pleno de noviembre y eso que empecé mi intervención diciendo «hemos estado, estamos y estaremos siempre en contra de la violencia, de cualquier tipo de violencia». Porque en eso es en lo que queremos hacer hincapié: no negamos que exista una violencia hacia la mujer porque hacerlo sería de tontos. Lo que sí que añadimos es que existen otros tipos de violencias que también deben de ser cubiertas. Me parece inconcebible que un hombre mate a una mujer, pero también me lo parece si una mujer mata a un hombre, un hijo mata a su padre o un padre mata a su hijo. Es decir, estamos en contra de todo tipo de violencia y defenderemos esa postura a capa y espada, sin complejos.

¿Qué idea general tiene sobre el papel de la religión en la educación?

Mi posición es la de libertad absoluta, siempre dentro de los márgenes de la ley y del respeto a otras personas. Esa libertad parte de que si existe una demanda en la que hay padres que quieren darle una educación cristiana a sus hijos, ¿por qué se la vamos a negar? Nos hemos dado unas normas de juego. El artículo 27 de la Constitución habla de la libertad de educación. ¿Por qué un padre no puede elegir una educación religiosa para sus hijos, ya sea en una escuela pública o una privada? Entiendo que la posición ideal es la de la libertad: el que quiera estudiar, que lo estudie y el que no, que no lo estudie. Es tan sencillo como eso.

¿Cómo es la convivencia entre los dos partidos del Gobierno municipal?

La convivencia es buena. No es perfecta, pero ocurre como en los mejores matrimonios, que tenemos nuestros altibajos, nuestros roces y nuestros diferentes puntos de vista. En cualquier caso, la relación es muy buena y cordial. Sabemos que el objetivo compartido es bueno y aunque podemos diferir en la manera de alcanzarlo, e incluso llegar a discutir en este sentido. Pero la relación interna es fluida y cordial.

El cuartel de la Guardia Civil es el gran asunto local del momento.

Una de las razones por las que he entrado en política es para escuchar a las personas. Es decir, para conocer qué demanda la gente, qué es lo que necesitan e intentar cubrir esas necesidades. Evidentemente, hay veces que se podrá técnicamente o no. Sabemos que no se puede contentar a todo el mundo porque existen muchas variables. Pero lo primero que haría es escuchar a la gente. Si de mí dependiera, la solución sería la que desee la Guardia Civil, las familias que viven allí. ¿Qué quieren? ¿Alguna zona de contacto, Polígono, Buenavista? Y valorar si es posible esa opción, si lo es económicamente, técnicamente y legislativamente. Si se puede, que se haga donde ellos piden. Aunque, claro, la Peraleda no puede ser porque tiene restos patrimoniales, es inundable y por la protección del cono visual.

¿En qué ha mejorado la ciudad desde que tomaron posesión el pasado mes de junio?

Creo que ha venido muy bien el cambio de Gobierno porque ha entrado aire fresco. Es como en las habitaciones que, si no se ventilan, se carga el aire. Viene bien, cada cierto tiempo, un cambio de personas y de gobiernos. Hemos entrado un grupo de gente joven. La edad media de la Corporación estará entre los 40 y los 50 años. Tenemos ganas de trabajar y cambiar las cosas. Eso nos ha permitido impulsar muchos asuntos que, de alguna manera, estaban en el cajón, además de hacer cosas nuevas.

¿Y en su departamento?

Estoy muy contento por el aumento de las becas, de un 69% respecto al año pasado. Era una demanda que se venía realizando desde hace mucho tiempo para que beneficiara a un mayor volumen de alumnos. Otro de los méritos es la equiparación salarial de los profesores de la Escuela de Música con respecto a los docentes de la Escuela de Idiomas. Desde que se creó la Escuela de Música siempre han venido cobrando menos, algo inconcebible teniendo en cuenta que están dentro de una misma administración y tienen un mismo pagador. Durante 24 años, los profesores de música han sufrido un perjuicio: había un desfase medio de algo más de 200 euros al mes por dar clases en una escuela municipal o en otra. 

Un proyecto nuevo que tengo en mente es el de intentar ampliar la Escuela de Idiomas con la lengua de signos. Mañana [por el pasado viernes] voy a visitar el Centro Cívico de Palomarejos, donde también queremos abrir, para el curso que viene, una nueva ludoteca en esas instalaciones. Creemos que puede ser una opción viable la de poner clases de lengua de signos. Y puede serlo para los propios trabajadores del Ayuntamiento, para que puedan tener unas nociones básicas para atender a las personas que vengan al Ayuntamiento; y para aquellas familias o personas que lo necesiten, también puede ser una buena oferta.