Al ritmo habitual (0-0)

J. M. Loeches
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El CD Toledo, que pudo haber encajado varios goles en la primera parte, mejoró en la segunda y equilibró algo el encuentro en el San Miguel de Azuqueca

El cuadro capitalino estrenó su equipación de color blanco y pantalón verde

Otro puntito. A este, el diminutivo le viene que ni al pelo. El CD Toledo compensó en la segunda parte los deslices de la primera. Porque el CD Azuqueca quizás no fue mejor, pero sí que ofreció más en ataque. Solo un hombre, Yelco Ramos, fue el principal responsable de salir con vida del Complejo San Miguel. Lo de salir fuera sigue siendo un trauma.

Salió el equipo de Carlos Gómez con el látigo en la mano. Castigó al rival con la posesión y v arias llegadas al área, sobre todo por el lado derecho. Sin embargo, le faltó la garra habitual para haber dado ya un susto con solo cinco minutos consumidos. De hecho, el más incisivo fue Carballo, después de cabalgar por la banda izquierda. Se sacó un disparo colocado que se acabó marchando desviado. Yelco se estiró por si acaso.

Por momento, el partido se dividió demasiado. Es verdad que los riesgos de unos y otros fueron mínimos. Esperable. Bien es verdad que el CD Toledo encontró en varias ocasiones la espalda de la defensa del CD Azuqueca. En una de ellas, Iván Bueno dejó solo a Cristo ante el portero, con un toque sutil, pero se cruzó Rubén para abortar el peligro. Era ya el minuto 20.

Pero el partido no ofrecía ningún respiro. Porque cuando el conjunto de Sergio Rubio cercaba el área visitante, casi siempre encontraba una opción. En una acción por la derecha de Domenech, Migallón volvió a meter la pelota en el área con un remate acrobático desde el otro lado al que tuvo que responder Yelco Ramos de nuevo. En otro centro desde un costado, Jalid tuvo que actuar rápidamente para despejar los miedos.

El CD Azuqueca había dado un paso adelante de forma clara. Pero es verdad que esa situación también abrió huecos para las carreras de los visitantes. Chabo ganó la línea de fondo en el minuto 34, para poner un pase a Álex García que se convirtió en un lanzamiento alto y desviado.

Pero la réplica era cada vez más y más clara del Azuqueca. Gabino vio a varios compañeros dentro del área, así que se sacó un centro desde la banda derecha. Domenech tocó lo justo para que el balón cogiera dirección a la portería, pero Yelco sacó una mano salvadora de la nada. Encima, en ese córner, los locales reclamaron gol en un cabezazo del propio Gabino que, al parecer, el portero del Toledo atajó en la misma línea.

Lo de Yelco empezó a ser espectacular cuando, en el minuto 42, le sacó un remate de cabeza a bocajarro a Guille, llegando desde atrás. Ya iban tres seguidas del guardameta. Pero es que, Borja Cabanillas, ahora con un tiro desviado, rozó de nuevo el 1-0 al borde del descanso. El Azuqueca había pisado el acelerador a fondo. Desde luego.

Para la segunda parte, Carlos Gómez dejó a Mamau en el banquillo para meter a Varo. Fontanello pasó al medio campo con Rodri. Aunque sin ocasiones tan relevantes como en el primer periodo, el CD Azuqueca tenía claramente la batuta en su mano. Entre Chabo y Cristo se desquitaron un poco, pero el primero ya no se entendió con Carlos Moreno, que lo había doblado para meterse en el área.

El partido se metió en un tramo de poca continuidad. Faltas y tarjetas se fueron apoderando de los dos equipos. Incluso, el colegiado tuvo que expulsar a Titi, cuando estaba calentando en una esquina del campo, por aplaudirle una decisión. El CD Toledo, con menos agobios que en el inicio de la segunda parte, tampoco encontraba la manera de buscarle las cosquillas a Miguel Ángel.

El entrenador buscó una vuelta de tuerca con los cambios de Angelito y Borja García, otro debutante más. Quedaban veinte minutos por delante.

Los de Sergio Rubio ganaron unos metros y comenzaron de nuevo a empujar. Interesante el cuarto de hora que restaba por disputarse. El arrojo del Azuqueca volvió a ofrecer espacios a su espalda. Lo que le faltó al CD Toledo, como habitualmente, es más precisión para inquietar la portería contraria.

Y, si podía ponerse peor el horizonte, Jalid vio la cartulina roja directa por tirar al suelo a Domenech, cuando el delantero ya le había ganado la posición y se iba directo a los dominios de Yelco Ramos. Quedaban aún cinco minutos. Eternos. Arribas y Yeray entraron al campo por Cristo e Iván Bueno. Todo dicho.

Para Carlos Gómez, el 0-0 empezaba a brillar como una piedra preciosa. Es lo que hay en esta mala situación. Y dando gracias. Porque Domenech, en esa falta, estrelló el cuero en la cruceta. Siete minutos de descuento. Al menos, los verdes (jugaron de blanco) no sufrieron el acoso azudense. Incluso, en una falta de Fontanello, tuvieron la posibilidad de marcar. Ambos se dieron la mano, ni contentos ni todo lo contrario.