Las lluvias han cobrado nuevamente protagonismo en la provincia y ciudad de Toledo durante los últimos días. El inicio de las precipitaciones tuvo lugar el sábado 8 de junio, cuando las primeras gotas comenzaron a caer desde temprano por la mañana. Hasta el mediodía se habían registrado 3.6 mm de lluvia, acumulando un total de 6.4 mm al finalizar el día.  

Sin embargo, el momento más significativo ocurrió este pasado lunes, cuando no solo se dispararon las cifras en las estadísticas meteorológicas, sino también se produjo un notable incremento en los incidentes registrados en toda la ciudad. En total, Toledo ciudad acumuló 19.2 mm de lluvia, posicionándose como la tercera localidad con mayor precipitación de la región, solo por detrás de Guadalajara, que registró 22.4 mm, y Castillo de Bayuela (Toledo), que alcanzó 42.2 mm.

Entre las 12 y 14 horas se registró el mayor número de precipitaciones caídas, con un total de 9.1 mm.

Las lluvias dejan varias incidencias a su paso por Toledo

Las intensas lluvias del lunes generaron una serie de desafíos, movilizando a los servicios de emergencia. Los bomberos del Ayuntamiento de Toledo tuvieron que actuar de manera intensiva para enfrentarse a los diferentes problemas causados, especialmente los desprendimientos de rocas en la carretera del Valle, que representaron un riesgo considerable para los conductores y los vecinos y vecinas. Los esfuerzos de los servicios de emergencia fueron cruciales para mitigar los efectos de las fuertes precipitaciones y garantizar la seguridad de los ciudadanos.

No solo el acceso al Valle se vio afectado, sino que el mapa de las calles inundadas por el agua de la ciudad se expandía cada vez más.

Los peatones sorteaban como podían los charcos y en algunos lugares las acumulaciones de agua eran significativas. Esta acumulación representaba un serio peligro para la conducción.

Las lluvias dejan varias incidencias a su paso por Toledo - Foto: David Pérez

Las intervenciones de los bomberos de Toledo también se extendieron a las cercanías del Hospital Nacional de Parapléjicos de España, donde las balsas de agua nuevamente dificultaban el acceso por carretera.

En el Casco Histórico, en la zona del Pozo Amargo, las lluvias habían provocado el desprendimiento de algunas tejas, poniendo en peligro a los residentes, situación que fue solucionada por la intervención de los bomberos.

Mención especial a los toldos del Corpus. Muchos de ellos se vieron afectados, acumulando agua en su interior.