El sol no lucía y el Corpus no brillaba, pero a pesar de ello es resplandeciente el ambiente que tenía la plaza de toros de Toledo. Una fina lluvia regó los tendidos en algunos instantes del festejo pero el torrente vivo fue Roca Rey imponiendo su ley en Toledo. Alcurrucén le dio una corrida potable pero lejos de ser extraordinaria más allá del primero y algún pasaje del resto.
El gordito y berrendo en colorado quinto salió muy muy abanto de salida y se quedó corto en el capote. En el caballo tampoco fue un dechado y en la muleta el inicio fue volcánico, a pies juntos y pasándoselo muy ceñido. Luego le corrió la mano por el derecho, entre alguna que otra protesta a la colocación, como si Toledo ya fuera casi Madrid. Roca a lo suyo y le enjaretó faena por el derecho, volviendo a meter mucho a la gente en la faena. Ese es su éxito y por el que arrastra tanto público, les hace partícipes. Faltó colocación por el izquierdo, pero le sacó lo que había entre idas y venidas. Se afanó en alargar, mientras que unos protestaban y otros jaleaban, y no cabía el toro, y lo volteó cayendo de fea manera a pesar de lo cual continuó y mató por arriba y la plaza fue un manicomio. Valor desmedido y una faena de suma importancia por la capacidad que mostró, en la que paseó dos orejas.
El segundo estaba lavado de cara. Y de físico, pero no importó cuando Antonio Chacón dejó dos inmensos pares de banderillas. Luego el animal dinamitó el burladero del 6, como Roca Rey dinamitó la tarde con media docena de estatuarios y un cambiado por la espalda. En el primer intento voló, pero al segundo no se enmendó y acabó mostrando quién es Andrés Roca Rey. En el toreo fundamental quiso llevar largo a un animal que se rebosaba y deleitó al respetable. Encajado y acinturado, Andrés realizó una importante faena basada en embrocar bien, empujar las embestidas, y vaciar atrás. Implicó tanto a la gente que pareció ser imagen antigua, de cuando los públicos vivían apasionados las faenas. Más allá de ello la espada dio al traste con el triunfo.
El tercero fue noble pero escaso de ímpetu. Lo puso todo Rufo que se echó de rodillas pulseando las embestidas y empujando al animal a embestir. Cuidó mucho las tandas en alturas, medida y colocación, pero el animal no ofrecía lo que el torero merecía. Extrajo algún muletazo profundo, de los que valen al torero, más por lo que supone ver su propia capacidad que por lo que conectan con el tendido. Las luquecinas finales caldearon y una gran estocada hizo que rompiera la petición, que no fue atendida.
En el que cerró el festejo Tomás Rufo dio la cara de forma muy seria. Realizó una faena muy inteligente e interesante y logró pasajes de mucha belleza. Supo entramar una faena de calado en el tendido, con una buena rúbrica y cortó un apéndice.
El primero fue el más rematado de carnes y con una hechura ideal. No falló y El Juli realizó una faena inteligente, en la que aprovechó las bondades del toro, toreando para él, y logrando pasajes de mucho poder en los que embarcó embestidas y público. Luego con la espada primero pinchó y luego se alivió dejando media, y la faena se diluyó como el serrín que cubría los charcos que tenía la plaza.
El cuarto fue más agarradito al piso y Julián estuvo voluntarioso pero la faena no terminó de romper por el derecho. Por el izquierdo aún más parado, y el madrileño hubo de abreviar. Y eso que lo había cuidado en los primeros tercios, pero se vino muy a menos y no tuvo opción.
Parte Médico de Roca Rey. "Contusión con el erosión y hematoma en la cara posterior del pliegue interglúteo izquierdo. gran contusión con hematoma en la cara externa del muslo derecho", Ffo. Dr. Blanco.