LaLiga está definitivamente decantada. Sucedió el día en que el Barcelona se convirtió en el primer equipo que derrota 100 veces al Real Madrid en los 121 años de historia blanca. Y la paradoja es que ese desequilibrio en la tabla se alcanzase cuando la historia de los clásicos, tras el 2-1 del Camp Nou, queda así:101 triunfos merengues, 100 azulgranas (y 52 empates), con 420 goles a favor para el Madrid y 415 para el Barça.  

Quemados

Hay una buena parte del madridismo 'quemada' con la falta de autocrítica en la deriva de los últimos clásicos:que si el cansancio (en la Supercopa), que si el autobús del Barça y la renuncia a su estilo (en la Copa), que si el VAR del pasado domingo, trazando unas líneas «que nos hacen dudar»... Sin el videoarbitraje, la clasificación estaría con empate a 62 puntos en cabeza. Es lógico que otra parte del madridismo vea fantasmas. La otra sospecha que el resto de LaLiga, Barcelona incluido, piensa que el videoarbitraje está equilibrando injusticias -fueras de juego, mayoritariamente- que les beneficiarían en condiciones 'normales'. Aunque sean por un dedo del pie y las líneas parezcan trazadas por un niño que estrena su primer juego de 'rotrings' en Dibujo Técnico. Cargar contra el VAR sin hacer autocrítica es, directamente, engañarse:¿Por qué no se movió a Vinícius, anulado por Araújo? ¿Por qué se insiste en Kroos-Modric en compromisos de alto ritmo? ¿Por qué no hay alternativa a Benzema?

Otros actores

Xavi dudó hasta última hora entre Sergi Roberto y Kessié para el puesto vacante en el mediocampo. Y ambos le dieron los goles de la victoria. En duelos en los que todos esperan a los protagonistas, estos se van anulando unos a otros hasta que aparecen los secundarios. A sus nombres se añadió el de Alejandro Balde, un chico que compensa cierta anarquía táctica (y defensiva) con una voracidad asombrosa tragando kilómetros:ya es el defensa con más asistencias del torneo (cinco).