Esther Durán

Serendipias

Esther Durán


Cultura

09/06/2023

Andaba penando por volver a la Feria del libro de Madrid y por fin lo hice. La primera impresión fue tan buena como desconcertante. Una de las entradas era un hervidero de lectores jovencísimos. Pensé en Megan Maxwell pero recordé que su firma se había anulado. Luego en Juan Gómez-Jurado. Seguimos avanzando junto a la interminable hilera de gente que unos encargados de seguridad perimetraban con vallas para garantizar algún orden. Me fijé en las manos de los que esperaban y vi repetido, una y otra vez, un título que incluía amarillo y el existir. Ni idea. Pensé que debería actualizarme. Qué bien que la gente joven lea e idolatre a escritores. ¿Escritores o gente que hace libros?
 Obvio (esta palabra también está de moda) que no podemos comparar nuestra feria del libro con la madrileña pero, cuando hay personas que le ponen pasión a su profesión o que han hecho profesión de su pasión, surge los mejor. Y así, en Talavera, aparece un Julio Llamazares que durante más de una hora charla a libro abierto de su obra y su vida ante una abarratoda carpa en la que no cabían más sillas y hubo incluso oyentes de pie. Preguntas interesantes, muy bien formuladas, respuestas brillantes, dignas de ser recordadas. Me arrepentí de ir sin libreta. Intenté grabar algunas de sus reflexiones sobre el periodismo, el lugar de la infancia y la juventud, la inspiración de la que nacen obras de arte...me recordó mi primera imagen de la Feria de Madrid «no todo el que escribe es escritor» y me consoló su definición de cultura, que me recordó por qué llevamos a mis hijos a exposiciones, museos o ferias del libro aunque, a veces, sea un tormentoso vía crucis y es que, «la cultura es el poso que queda cuando olvidamos lo que sabíamos». No sé si habrá otro momento en este país en que tan necesaria sea tenerla. Gracias y enhorabuena a quienes hicieron este encuentro posible. Y a él, tan generoso, no solo desgranando su mundo literario ante los presentes sino aguantando que quisiéramos llevarnos su firma, con pizquita de charla incluida.
¡Ah! Se me olvidaba que cuando salimos de la Feria del Libro de Madrid pasé por la RAE. Me acordé de Gala y no sé por qué de lo que cuentan que hicieron algunos del 27 en esa fachada para dejar patente su enfado por cuestiones de justicia autora.