La vacunación de la lengua azul se amplía a cuatro provincias

L.G.E.
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Estas medidas se aplican en todas menos Guadalajara. La vacuna es obligatoria antes de mover ganado para evitar la expansión de esta enfermedad, pero no si van al matadero. Como la produce un mosquito, con el frío y las heladas desaparecen los casos

Afecta sobre todo a las ovejas, pero también a cabras, vacas o ciervos. - Foto: Javier Pozo

La conocida como lengua azul, que se da sobre todo en ovinos, es una enfermedad con la que los ganaderos de España llevan conviviendo (y padeciendo) décadas. Se podría asemejar, por ejemplo, a la gripe de los humanos, aunque en el caso de la lengua azul se transmite por un mosquito, así que los casos pueden aparecer sobre todo cuando hace buen tiempo y desaparecen al llegar el frío y las heladas.  

El caso es que es también infecciosa, así que para que no se vaya expandiendo por la cabaña hay una serie de medidas que se van tomando para intentar que afecte al menor ganado posible. El director general de Ordenación Agropecuaria, Joaquín Cuadrado, explica a La Tribuna que en verano, al aparecer algunos brotes en la región, se tuvo que ampliar la zona de vacunación obligatoria a Albacete, Ciudad Real, Toledo, dejando parte de Cuenca como vacunación voluntaria. Después esa zona de restricción, es decir de vacunación obligatoria, se ha extendido también a la provincia de Cuenca.

En España hay otras comunidades autónomas también con esta situación y con estas medidas de vacunación obligatoria como Murcia, Extremadura, Castilla y León, Madrid, Galicia, Asturias y Cantabria. España va modificando la zonificación del mapa y posteriormente la Unión Europea lo va actualizando, quitando por territorios el estatus de libre de enfermedad.

Cuadrado explica que las reglas de vacunación varían en función de la especie animal, pues es una enfermedad que puede afectar también a cabras o vacas. Señala que si va a mover el ganado, es obligatoria dicha vacunación para evitar que se extienda la enfermedad. En cambio, si son corderos que van al matadero no tienen por qué ser vacunados. Y es que no afecta en ningún modo a la seguridad alimentaria. 

«No tiene mayor trascendencia», apunta Joaquín Cuadrado, «es una enfermedad que tiene vacuna y se controla bastante bien». Cuenta que precisamente dicha vacuna se financia casi en su totalidad por la Junta y se administra a través de las  Agrupaciones de Defensa Sanitaria. 

Cuadrado apunta que hasta que no lleguen las heladas y desaparezca el mosquito que la transmite, no se pueden empezar las exportaciones de ejemplares adultos. Reconoce que con el Cambio Climático cada vez son más cortos los períodos de frío y a su vez llegan nuevas enfermedades que también transmiten los mosquitos, como la hemorrágica epizoótica, que ha llegado desde África pasando por Andalucía.