Los ríos de la Cuenca del Tajo «están muy degradados»

M.G
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El proyecto InvesTAJO recoge 3.421 incidencias en 36 ríos analizados en la Cuenca del Tajo. El 82% de las problemáticas se dan en la Comunidad de Madrid y el 14% en Toledo

El río denota su sequía a su paso por el Puente de Azarquiel - Foto: David Pérez

La Cátedra del Tajo UCLM-Soliss lleva un año inmersa en el proyecto InvesTAJO recabando información sobre la salud de 36 ríos de la Cuenca del Tajo, una iniciativa que está arrojando luz en relación a los problemas que los acosan desde hace años, las conclusiones son firmes y los investigadores apuntan con claridad «la degradación clara» de estos ríos por distintas actividades y uso. 

La iniciativa, subvencionada por la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (Fecyt), ha posibilitado la recogida de 3.421 presiones o incidencias en estos ríos que permiten sacar conclusiones respecto al mal estado de los ríos, sobre todo, «en los cursos medios y bajos» de los mismos  y, a su vez, «con casuísticas similares de degradación en los ríos madrileños y en el Tajo a su paso por la provincia de Toledo».

El proyecto incorpora como novedad la recogida de datos a través del móvil y de la tablet, un sistema que agiliza el estudio y posibilita una mayor participación de colectivos ligados al medio ambiente. En este caso, se ha contado con 45 participantes -Jarama vivo, Arba, Red del Tajo, entre otros- y, aunque en principio las expectativas eran mayores, el investigador Raúl Urquiaga reconoce que se irá aumentando la participación. 

El proyecto ha incorporado datos desde el año 2013, si bien, en el último año ha recabado cerca de 900 incidencias, un 25% de todas las presiones detectadas gracias al nuevo visor web que maneja la Cátedra del Tajo (www.visorcatedradeltajo.es), lo que supone «un avance espectacular».

Atendiendo a porcentajes, lo cierto es que hay un importante sesgo madrileño, ya que el 82% de las presiones se han recogido en la Comunidad de Madrid tras estudiar los ríos Jarama, Tajuña, Henares, Manzanares, Guadarrama, Alberche, Lozoya y Gaudalix, entre otros. Por tanto, el Tajo a su paso por Toledo aglutina el 14% de las presiones detectadas en este proyecto. 

En relación a las incidencias, las más numerosas -un 30%- son las que guardan relación con actividades agrícolas, graveras, naves y otras relativas al uso de las zonas próximas a los ríos.También la calidad de las aguas  es un factor fundamental en la degradación de los ríos. De ahí que el 25,6% de las incidencias guarden relación con los vertidos y los residuos que acumulan los ríos estudiados. 

Urquiaga también pone de manifiesto la gran concentración de residuos sólidos en las riberas y en las zonas policía de los ríos (hasta 100 metros del cauce) «si no se establecen sistemas de control».

Por otra parte, el estudio concluye como frecuente las incidencias relacionadas con las alteraciones morfológicas derivadas de azudes, canalizaciones y otras obras hidráulicas. Al respecto, el Tajo a su paso por Toledo cuenta con once azudes en un tramo pequeño de 13 kilómetros entre Safont y la depuradora de Estiviel, lo que contribuye a la degradación. Por último, también han sido objeto de estudio las ocupaciones en el dominio público e hidráulico y las zonas de servidumbre. En Toledo capital, se registran 18 incidencias de esta clase por una «inadecuada» ordenación territorial en el pasado.