Los 11 mejores de semifinales

Diego Izco (SPC)
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Una combinación perfecta de juventud y veteranía, con mayoría argentina y francesa, genera un 'cóctel' de ensueño

Azzedine Ounahi. - Foto: JUAN IGNACIO RONCORONI

Dos semifinales, 180 minutos que coronaron colectivamente a Francia y Argentina, pero individualmente dejaron un once ideal nítido en todas sus líneas. 

En defensa, apenas hubo protagonismo en las porterías, y las mejores intervenciones correspondieron a Lloris, que con dos manos muy meritorias en la primera mitad evitó el empate de Marruecos. Buena parte del trabajo se lo quitó previamente Konaté, que entró en el equipo a última hora por la enfermedad de Upamecano… y mejoró el rendimiento del central del Bayern. Partidazo en anticipación y juego aéreo, casi perfecto ante Marruecos. Al nivel del que, en la víspera, firmó el veterano Otamendi con Argentina: las pocas veces en las que los croatas llegaron al área sudamericana, la figura del central del Benfica (34 años) emergió con la precisión de ese jugador por el que el City llegó a pagar 45 millones al Valencia.

En las bandas, el lateral izquierdo le pertenece por pleno derecho al 'bleu' Theo Hernández, que tuvo mucho trabajo porque Marruecos cargó casi todo el ataque por su flanco... pero sacó un notable en defensa y un sobresaliente en ataque: suyo fue el tanto (minuto cinco) que lo condicionó todo, tanto el plan defensivo de Marruecos como el achique francés. De todos los laterales derechos de semifinales (Juranovic, Nahuel, Koundé y Hakimi), el marroquí fue el más destacado. Ayudado en defensa para frenar a su compañero Mbappé, incansable en ataque junto a Ziyech en, tal vez, la mejor banda derecha del Mundial. 

Griezmann

El mediocampo fue para tres perlas aún por hacer. Son jóvenes pero atesoran madurez suficiente para jugar partidos excepcionales. El albiceleste Enzo Fernández (21 años) devoró a Croacia en su parcela más peligrosa (donde 'cultiva' el fútbol Modric) y dio a Julián Álvarez un pase excepcional en la jugada del 1-0. Tchouameni (22) tuvo momentos de duda, pero acumuló muchas buenas decisiones: pases que rompían líneas o primeros toques que ahogaron la presión marroquí. 

Griezmann merecería un hueco en el equipo, pero sería injusto no 'colar' al marroquí Ounahi, el jugador revelación del Mundial. Con apenas 21 años, ha pasado del anonimato a ser el objeto de deseo de los grandes de Europa, y ante Francia demostró por qué: movilidad, una técnica individual increíble, capacidad física inagotable que le permite aparecer en todo el campo.

Ya en ataque, Lionel Messi es el protagonista indiscutible. Marcó su quinto gol y repartió su tercera asistencia en una jugada que define lo que es hoy por hoy: un genio que ante la superioridad física de los nuevos defensas, adapta su fútbol para seguir siendo legendario. No brilló tanto al otro lado su compañero Kylian Mbappé, pero aún sin marcar su capacidad de desborde al espacio sigue siendo la más brutal de la historia del fútbol. De sus botas (y consecuentes rebotes a sus disparos) nacieron los dos goles franceses. 

El '9', por descontado, es el argentino Julián Álvarez: provocó el penalti del 1-0 y anotó los otros dos tantos de su selección. Un delantero 'canchero', que lee el espacio peligroso como pocos (casi nadie a su edad, 22 años) y que crece como la espuma.