El filicida da un bandazo y acuerda 13 años de prisión

J.Moreno
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El Tribunal del Jurado declara culpable a Nicu del homicidio de su propio hijo tras reconocer los hechos. La conformidad rebaja la calificación inicial de asesinato de la Fiscalía

El filicida da un bandazo y acuerda 13 años de prisión - Foto: ISMAEL HERRERO

Los forenses y los agentes de la Guardia Civil aguardaban ayer su turno a las 9:30 de la mañana en los pasillos de la Audiencia Provincial, como parte de las pruebas de la segunda sesión del juicio contra Nicu Postolachi por el asesinato de su propio hijo en la urbanización de Calalberche, en Santa Cruz del Retamar. Pero por entonces el acusado había sopesado la idoneidad de un acuerdo de conformidad con la Fiscalía y las acusaciones particulares. De esta manera, dio un bandazo y reconoció los hechos con dos síes que confirmaban la voluntariedad de la cuchillada contra Sorin. Así aligeró la munición de testificales y periciales en su contra y facilitó el veredicto del Tribunal del Jurado.

Las declaraciones de las testigos presenciales del crimen, su propia esposa y su nuera, habían acorralado en la primera sesión del juicio a este hombre de 64 años que permanece encerrado desde octubre de 2020. Entonces, regresó ayer al planteamiento del acuerdo de conformidad para atenuar así la petición de penas de las acusaciones. El pacto implica el reconocimiento de la comisión de un delito de homicidio y una pena de 13 años de prisión.

La horquilla del homicidio va de 10 a 15 años, pero el acuerdo debía acercarse más a la máxima pena por la agravante de parentesco. Por eso, el acuerdo de 13 años de prisión. Nicu, de nacionalidad rumana, ha cumplido ya tres años en prisión provisional, por lo que le quedan una década para el total. El acuerdo con la Fiscalía incluye diez años de libertad vigilada y una prohibición de acercamiento a los familiares de la víctima; a su vez, se trata de la propia familia del acusado en este caso extraordinario en la provincia por tratarse de un filicidio.

El forense Valeriano Muñoz describió la herida que mató a Sorin, de 35 años y padre de dos niños. La autopsia reveló que el ataque practicado con un cuchillo dañó el pericardio y alcanzó el corazón. «Hubo un taponamiento cardiaco», detalló por el coágulo de sangre. El arma blanca penetró ocho centímetros y atravesó el esternón de la víctima.

Entre las conclusiones de los forenses, figuran que la víctima se encontraba de pie por el curso de la sangre y se movió unos metros hasta que cayó desplomado por la herida mortal de necesidad.

Nicu y Sorin compartían inmueble en la urbanización Calalberche, un núcleo con 1.500 vecinos perteneciente al término de Santa Cruz del Retamar pero muy próximo a Méntrida. La construcción constaba de dos plantas con entradas independientes. Pero el hijo y su pareja, Mónica, buscaban otro piso de alquiler después de dos años de una convivencia más estrecha con el procesado y su esposa. «La relación con Nicu era buena, pero se enfadaba a veces», explicó en la primera sesión la viuda, quien pasó ese domingo 11 de octubre de 2020 con Sorin de barbacoa en casa de unos amigos en Calalberche. Aquella noche, bajó apoyado en unas muletas por una hernia discal para reprender a su padre por el comportamiento con su madre y encontró finalmente la muerte durante una discusión.

El Tribunal del Jurado resolvió enseguida el veredicto: culpable por unanimidad. Pasadas las 12:30 horas, el magistrado leía la decisión de los nueve integrantes a la que debe dar forma ahora el presidente con el acuerdo de conformidad.

Las testigos presenciales coincidieron en la primera sesión en que Nicu se movió con tranquilidad por la casa después del crimen y ordenó la maleta. La cárcel de Ocaña I se convirtió en su destino, donde aún le quedan años para cumplir la condena por el homicidio de su hijo.