La palabra jara procede del árabe y significa en origen 'tierra llena de vegetación'. Esta palabra alude a un arbusto siempre verde que da flores grandes, pedunculadas, de corola blanca, frecuentemente con una mancha rojiza en la base de cada uno de los cinco pétalos, y fruto capsular, globoso, con diez divisiones, donde están las semillas. De esta manera lo define la Real Academia Española.

El municipio de Retamoso de la Jara incorpora en su apellido el topónimo de la comarca y la designación del arbusto, pero la flor de la jara desapareció del pueblo hace años. El alguacil, Alfredo Arriero, consiguió tres arbustos pequeños este invierno y han florecido recientemente en un jardín público de esta pequeña localidad jareña de unos 100 habitantes.

De esta manera, la calle de La Fuente del municipio ha revivido entre dudas sobre su surgimiento la presencia breve de la flor de la jara, que brota efímeramente durante la primavera.

La alcaldesa de Retamoso de la Jara, Diana Cajacuri, explica que encargó al alguacil unos ejemplares de la jara pringosa, conseguidos en los Montes de Toledo. Pacientemente, ha esperado meses hasta la llegada de la primavera y la consecución del brote de la flor, muy presente en localidades vecinas como La Fresneda, pedanía de Torrecilla de La Jara.

«Estamos contentos. A ver si empezamos a repoblar. Pondremos más en el campo», sugiere la representante municipal de Retamoso de la Jara, que no concurre en las próximas elecciones.