El Arzobispado de Toledo tuvo el pasado año 2022 un presupuesto ligeramente superior a los 39 millones de euros, con un incremento de 300.000 euros en las aportaciones 'de la x' de Hacienda, un aumento también de los ingresos propios y una reducción en los gastos financieros hasta los 554.000 euros.
El ecónomo diocesano, Anastasio Gómez, ha explicado durante la presentación de la memoria de actividades de la Iglesia del pasado año que la asignación tributaria que esta obtuvo en Toledo a través de las declaraciones de Hacienda ascendió 6,4 millones de euros, unos 300.000 euros más que en 2021. Además, entre los ingresos propios, en el camino hacia la autofinanciación, el Arzobispado «ha hecho sus deberes», continuó Gómez, con un aumento de sus ingresos por alquileres (440.000 euros) o de actividades económicas (8,1 millones), como el turismo.
Los ingresos por colectas se sitúan casi en dos millones de euros, 1,1 millones más en colectas para instituciones de la Iglesia. Y también destacan los casi 8,5 millones de ingresos de instituciones diocesanas.
Gastos. En materia de gastos, apuntó Gómez, el Arzobispado entrega a Cáritas más de 200.000 euros del dinero proveniente de Hacienda. Pero también financia las Cáritas parroquiales y Diocesana. El sueldo del clero de la Archidiócesis asciende a 6,4 millones y el del personal seglar a tres.
Los gastos financieros, apuntó el ecónomo, descendieron desde 2021 a 22 porque en el primero el Arzobispado terminó de pagar los préstamos contraídos entre 2007 y 2009, «con lo que podemos decir que la situación del Arzobispado en 2022 y que arrastramos en 2023 es de una solvencia bastante grande». Porque de 1,6 millones ha pasado a pagar 554.000 euros. Aunque el Arzobispado avala en 25 millones a las rehabilitaciones de parroquias y construcción de colegios.
Hay una partida para los medios de comunicación, recogida en otras entregas a instituciones diocesanas, que asciende a 2,4 millones.
Además, Gómez apuntó que el Arzobispado tiene una capacidad de financiación de algo más de un millón de euros y un déficit del 7,72 por ciento, que sin ser preocupante, quiere bajar por debajo del cinco por ciento. Y el control de la entrega de cuentas en las fundaciones canónicas diocesanas «es muy eficaz». La mayoría de ellas tiene superávit, salvo algún déficit en alguna residencia de ancianos todavía a causa de la Covid. El resto, en general, tiene unos equilibrios financieros que no generan preocupaciones al Arzobispado.
Gómez también se refirió a la auditoría de Pricewaterhouse Coopers sobre el pasado 2022. A falta de rematar el informe, esta cuarta auditoría ha destacado que el Arzobispado cuenta con un inventario completo de bienes inmuebles digitalizado, con protocolos de seguimientos internos, una mejora de los sistemas contables, ha reducido el uso de efectivo, tiene una plataforma específica para la venta de tickets en los documentos y ha reducido contabilidades dispersas y cuentas bancarias.
Finalmente, el Portal de Transparencia del Arzobispado publica este año un listado de las cuentas de hermandades y cofradías.