La gran expansión que la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán, Iberdrola, está desarrollando en los últimos años por todo el mundo ha llevado a la empresa a renovar su imagen de marca, manteniendo sus valores de sostenibilidad e innovación.

En este sentido, Iberdrola presentó ayer una evolución de su identidad de marca diseñada para reflejar de forma tangible la realidad de una firma líder mundial en energías renovables, que evoluciona con las necesidades de la sociedad. 

Se trata de una estrategia basada en su actual icono, muy reconocible, que actuará como nexo de unión entre todos los países en los que opera y que se implementará en una primera fase digital para, poco a poco, ir adaptándose a los formatos físicos.

El nuevo concepto responde a una necesidad de adaptación a un mundo cada vez más digital. Aunque tiene el propósito de mantener el origen, la esencia y los valores de la marca - con un isotipo muy reconocido entre clientes y público en general- que permitirá una aplicación más sencilla a todos los formatos y soportes.

La iniciativa corporativa está pensada para crear una marca más sostenible, digital, cercana y moderna. El compromiso por la sostenibilidad es una de las señas de identidad de Iberdrola y forma parte de su origen desde que se creó hace más de 170 años, anticipándose a las necesidades energéticas de la sociedad y transformándose para encontrar soluciones que preserven el medio ambiente para las generaciones futuras. 

El cambio viene a reforzar la ambición de Iberdrola por continuar posicionándose como una marca que sigue siendo pionera en su compromiso intacto con la descarbonización de la sociedad y con el bienestar de todas las personas. 

El resultado evidencia el ADN sostenible de la multinacional y representa más fielmente lo que Iberdrola es: un actor fundamental en la electrificación de la economía que busca inspirar a la sociedad en la necesidad de cuidar y devolver al planeta lo que nos ha dado.

Una marca que avanza y va siempre un paso más allá, persiguiendo desafíos cada vez más ambiciosos, como alcanzar las emisiones neutras en el año 2030, apoyando así uno de los ODS más importantes.

Asimismo, recuerda su versión anterior para facilitar su aplicación, generando mayor contraste y mejor visualización en medios digitales, lo que se traduce en un lenguaje visual más sencillo, utilizable y accesible. Se trata de un logo más moderno, en minúsculas, que mejora la legibilidad y aporta cercanía. 

Debido a su sencillez, la nueva marca es un 50% más ligera, lo que garantiza un consumo energético menor, una velocidad de descarga más ágil y, consecuentemente, un ahorro de energía, costes y tiempo.

Colores. La paleta de color escogida representa la visión del mundo de Iberdrola y su compromiso con el planeta, favoreciendo la asociación de la marca con tres elementos clave de su propuesta de valor: la energía renovable, a través del verde; el agua, con el color azul; y el sol, a través del naranja. 

Es relevante también la nueva familia tipográfica elegida, IberPangea, variable, más eficiente y legible, diseñada para funcionar de manera eficaz tanto en el mundo digital como a nivel offline.

Todo ello conforma un concepto visual más actual, que subraya y transmite de forma inequívoca el espíritu de optimismo e innovación que caracterizan a la energética.