Toledanos de cine (IV)

José García Cano
-

Nicolás Dueñas Carabaño, paisano consaburense, actor de raza, maravillosa persona y una pieza imprescindible en la historia de la interpretación española

Toledanos de cine (IV)

Esta semana recuperamos a otro actor con mayúsculas, a un toledano nacido en Consuegra llamado Nicolás Dueñas Carabaño, hijo también de consaburenses, ya que sus padres Bartolomé Dueñas López-Adeva y Aurelia Carabaño Gómez, nacieron en esta ciudad toledana a principios del siglo XX. Nicolás Dueñas nació a las 16:30 horas del 20 de julio de 1941, en plena posguerra, en aquella Consuegra que, como el resto de España, sufría las consecuencias de la maldita Guerra Civil y donde faltaban alimentos, productos de primera necesidad y otras muchas cosas. Fue bautizado en la cercana iglesia de Santa María la Mayor, ya que nació en la calle del Pozo de la Nieve número 3, próxima a este templo y en pleno casco urbano de Consuegra y muy cerca del convento de las madres carmelitas, heredando el nombre de su abuelo paterno que se llamó Nicolás Dueñas López. También heredó de su padre la vena artística, ya que Bartolomé Dueñas fue músico en la banda municipal del municipio, llegando incluso a componer un himno a Consuegra, el cual no hemos podido localizar, labor artística que compaginó con la de herrero, oficio principal del abuelo de Nicolás Dueñas.

Nicolás realizó estudios de bachillerato pasando poco después a cursar estudios en el Teatro Español Universitario de Madrid, donde comenzaría su carrera artística. En 1966 aparece en su primera película, titulada La busca, dirigida por Angelino Pons. A este título sumamos otras intervenciones cinematográficas como El crimen de Cuenca (1980), Gary Cooper, que estás en los cielos (1980), Tu nombre envenena mis sueños (1996), Divinas palabras (1987), siendo las tres primeras dirigidas por Pilar Miró y la última por José Luis García Sánchez.

Sus papeles en teatro fueron mucho más numerosos que en cine, y por ello lo encontramos ya en 1972 en la obra La ratonera, en Godspell (1975), Y de Cachemira, chales (1976) de Ana Diosdado. Nicolás también trabajó los clásicos, como por ejemplo en El perro del hortelano (1979), entre otros. Ya en la década de los ochenta, Nicolás Dueñas represento multitud de papeles en otras obras como Hijos de un dios menor (1981), de Mark Medoff, El Taxidermista (1982), Los buenos días perdidos (1982), Aquí no paga nadie (1983) de Darío Fo, El joven Telémaco (1984), Cuplé (1986) o Abejas en diciembre (1987) de Alan Ayckbourn. Sobre la citada obra de Hijos de un dios menor, que se estrenó en el madrileño teatro Marquina gracias al empeño de Pilar Miró, destacaremos el duro trabajo que tuvo que realizar Nicolás Dueñas, ya que necesitó aprender lenguaje de signos en un tiempo muy corto, para poder estrenar aquella obra en la fecha fijada. Además, como añadido, durante los ensayos de aquella obra, Nicolás se quedó literalmente mudo, a causa de un problema con las cuerdas vocales, situación que solventó como un verdadero profesional y siguiendo los consejos médicos y de los técnicos que le ayudaron; precisamente esa actitud, de empeño en su trabajo, de tesón y de esfuerzo, es algo que caracteriza a los hombres y mujeres de esta tierra toledana, manchegos de pro y trabajadores natos, como fue sin duda Nicolás. En los noventa destacamos entre otros papeles las series Los domingos, bacanal (1991), Plaza alta (1995), Esta noche no estoy para nadie (1998) y Más o menos amiga (1999). Sus últimas apariciones en teatro las encontramos en las obras Cuernos (2004), Barcelona, mapa de sombras (2006) y Toc Toc (2009).

Toledanos de cine (IV)Toledanos de cine (IV)Seguro que muchos lectores recuerdan también a Nicolás Dueñas por sus apariciones televisivas, que han traanscurrido paralelas tanto al cine como a la televisión. En los años sesenta encontramos diferentes obras en las que participó, entre las que destacamos Estudio 1 y Teatro de siempre. Dentro de Estudio 1, Dueñas apareció en Cyrano de Bergerac (1969), Isabel y Fernando (1969), El águila de dos cabezas (1969), El chico de los Winslow (1970), Jorge y Margarita (1971), El misterio español de Cristo (1971), Don Gil de las calzas verdes (1971), ¿Quiere usted jugar con mí? (1972), Juegos de sociedad (1978), La desconocida de Arrás (1978), Los comuneros (1978) y Escuela de mujeres (1980). En el capítulo Los rehenes de la mítica serie Curro Jiménez (1977), también encontramos a Nicolás Dueñas y en 1984 protagonizaría la serie Cosas de dos; en 1997 trabajó en Los negocios de mamá y en La banda de Pérez. Otra conocida serie en la que intervino entre los años 1993 y 1994 fue Lleno, por favor, protagonizada entre otros, por el inolvidable Alfredo Landa. En la década de los dos mil, Nicolás Dueñas figura en el reparto de la serie Agente 700 (2001) y en la exitosa Aquí no hay quien viva (2003-2006), donde tuvo el papel de Rafael Álvarez, es decir, el padre de Lucía (María Adánez), conocida familiarmente por todos los espectadores como 'la pija' y que fue un éxito de pantalla, siendo aún emitida por algún canal televisivo.

Por lo que respecta a reconocimientos, Nicolás Dueñas consiguió el premio a mejor actor protagonista de teatro, otorgado por la Unión de Actores y Actrices, por la citada obra Toc Toc en el año 2009. En lo tocante a lo personal, Nicolás Dueñas se casó con María Navarro, conocida entre otros trabajos por el de directora del TEC (Teatro Estable Castellano) y como productora y representante de artistas. El matrimonio tuvo dos hijas, Ana y Lola, siendo esta última, una digna heredera de la vena artística de su padre. Posteriormente Nicolás Dueñas tras divorciarse de María, se unió a la también actriz Emma Ozores, aunque su última pareja fue la también actriz, Mar Fernández. Nicolás nos dejó un 2 de noviembre del año 2019, a los 78 años de edad. Desde aquí nuestro recuerdo más emotivo y sincero para Nicolás Dueñas, paisano, actor de raza, maravillosa persona y una pieza imprescindible en la historia de la interpretación española.