«Quiero que los aficionados vean como siento el toreo»

Mario Gómez
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El matador de toros francés Juan Leal ha comenzado con triunfos la temporada 2023. Afincado desde los 14 años en Sevilla, ahora, con 30 se encuentra en un punto de exquisita madurez en el año que cumple una década como matador de toros

Juan Leal, durante la pasada Feria de San Isidro. - Foto: EFE/Kiko Huesca

Lejos quedan los días, en los que el joven Steeven Jean Groux Leal, (París, 27 de diciembre de 1992), abandonaba su Francia natal para emprender la búsqueda de sus sueños. De la Galia a la Piel de Toro. Con tan solo 14 años para continuar paseando el apellido Leal por las plazas. Torero de dinastía, sobrino y primo de matador de toros; Juan Leal comenzó su periplo por España con el anhelo de ser matador de toros.

Juan seguía así los pasos de otro francés que ha logrado las cotas más alta de los matadores galos: Sebastian Castella.

Leal también se asentó en Sevilla, y posteriormente fue el propio Castella quien lo convirtió en matador de toros durante un mano a mano con toros de las ganaderías Jandilla, Garcigrande y Alcurrucén, en mayo de 2013. Aquella tarde salió? a hombros por la Puerta de las Cónsules, en Nimes, una plaza y una ciudad que siente como suya, pues desde muy pequeño su familia se trasladó allí.

Ahora, cuando se cumple una década de su doctorado, en el que combina juventud y el poso de los años, se enfrenta a un 2023 clave en el que refrendar todo lo que ha apuntado durante años.

No ha sido el primero en abrir camino, pero cada cual anda, y se labra el suyo, y Juan lo está haciendo.

Para el aficionado que no te conozca, ¿quién es y cómo se definiría Juan Leal?

No es fácil de hablar de uno mismo, pero yo diría que Juan Leal es un torero francés que está afincado en Sevilla, que buscaba abrirse paso, y que poquito a poquito ha ido haciéndose un hueco en la ferias. Esta temporada que comienza es muy importante para poder afianzarme en ese circuito de las ferias.

Siendo un niño te vienes a España, ¿por qué?

Pues siguiendo un poquito los pasos no un torero como Castella, que es francés, y ha conseguido ser figura en España y en el mundo entero. He intentado abrirme camino aquí, ya que, a pesar de que en mi tierra hay muy buenos profesionales, es en España donde de verdad uno puede dar todo lo que es, lo que tiene, y donde se puede desarrollarse como profesional, y por eso tomé la decisión.

¿Cómo ha sido toda esa trayectoria hasta convertirte en matador de toros?

Bueno pues ha habido de todo. Momentos más duros y momentos menos duros, pero todo ha sido muy bonito, y sobre todo: ha sido lo que yo he querido. 

Creo que eso es lo más lo más importante para cualquier persona, poder hacer lo que lo que quieres y como quieres hacerlo. En definitiva, esto es lo que yo he decidido, entonces nadie me obligaba a hacer nada. Cuando uno se tiene que sacrificar pero lo haces porque tú realmente quieres, y van pasando los años, y tienes el camino que has escogido, te puedes sentir plenamente orgulloso de haber tomado esa decisión.

Habla de momentos duros y momentos bonitos, ¿cuáles son aquellos que uno recuerda al mirar atrás?

La verdad es que los buenos más que los duros. Esos momentos complicados son por ejemplo el hecho de dejar tu familia, llegar a un país donde ni siquiera hablas el idioma, buscarte la vida económicamente, intentar abrirte paso... o incluso personas que te va cruzando en tu camino y que te prometen cosas que luego no aparecen.

Todo esto forma parte del aprendizaje, aunque me quedo con los momentos bonitos, los momentos buenos; que son los que lo que realmente me llenan, como puede ser el poder vivir de mi profesión y despertarme todos los días con mucha ilusión, contento no de hacer lo que quiero.

Algunas veces hablo con gente de mi edad que no están haciendo lo que realmente les gusta, o que tampoco saben lo que quieren en sus vidas, y te das cuenta que es lo más lo más bonito poder luchar por alcanzar las metas que quieres en la vida. Eso es lo más bonito que hay.

Una década como matador de toros que está salpicada de triunfos y grandes tardes, pero no todo siempre es fácil, ¿no?

La vida te enseña que hay momentos en los que hay que tomar decisiones. Recuerdo el momento en el que tuve decidir que, para poder abrirme paso, tenía que matar en las ferias otro tipo de ganaderías, como Miura en Bilbao o Pamplona, u otras tardes con la de Victorino Martín. Ganaderías que en ocasiones no me han dejado expresar plenamente mi concepto, pero que gracias a los triunfos en esas citas, he podido volver a las ferias con otros hierros que me han dejado expresarme más como torero. Obviamente no estoy diciendo que sean mejores ni peores, sino que simplemente me han ido mejor como artista y como torero.

Esta ha sido la forma que yo me he podido abrir paso. Me ha brindado momentos muy bonitos, y me ha permitido triunfos en ferias como Bilbao, Madrid, Albacete, o en las plazas de mi tierra como Arles, Nimes, o Dax.

De verdad que me siento orgulloso de, con el paso de los años, poder echar la vista atrás y ver que cada día me voy acercando un poquito más a lo que a lo que buscaba.

Todo ello en un 2023 en el que has arrancado con dos importantes triunfos en Gamarde y Arles.

La verdad es que estoy contento sobre todo más que por los triunfos en sí, por el hecho de poder empezar a ver en el ruedo todo lo que hemos entrenado e intentado mejorar durante el invierno. Cuando llega el invierno, los toreros buscamos mejorar, buscamos una evolución, y ver que se va viendo en el ruedo, y que la gente lo va captando, pues la verdad que me hace estar contento.

Habla de la preparación en invierno, ¿qué supone para ti?

Yo creo que para los toreros es muy importante para asentar las cosas que han ocurrido a lo largo de la temporada, y mejorar lo que no ha ido bien del todo. Este invierno pasado hemos trabajado mucho lo que lo que consideramos que había que mejorar, y gracias a Dios se esta está viendo.

Luego hay cosas que tú quieres hacer delante de los animales, y muchas veces es el ansia de triunfar, la necesidad de orejas, y al fin y al cabo que en situaciones como la mía, tenemos que triunfar todos los días, lo que te hace atropellarte. 

Sobre todo en cuanto a goles, tenemos que marcar goles todos los días para poder volver y poder seguir toreando. Eso a veces te provoca cierta ansiedad, y algunas veces me ha llevado a alejarme un poco de lo que yo buscaba y de lo que realmente sentía como artista.

Al final, gracias al trabajo estoy consiguiendo realmente ser yo mismo y seguir con mi personalidad.

Entonces, ¿qué le pide al 2023?

Que se cumplan los sueños que tengo, que son los que tiene cualquier torero, poder aprovechar las oportunidades que se me van brindando, y sobre todo poder enseñar a la gente lo que yo busco, enseñar una una nueva faceta de Juan Leal con un toreo más rematado, más limpio, más profundo, y que todo el trabajo se vea reflejado en las plazas. Eso es lo que es lo que de verdad pediría que ocurra en esta temporada, y que obviamente de la mano vengan los triunfos.

Para continuar esa senda de triunfos, hay una importante cita en Casarrubios del Monte el 23 de abril.

Precisamente se ha anunciado como cartel de triunfadores de Madrid, 

yo creo que es una cita muy importante. Puede tener bastante repercusión por la importancia del cartel, y a que mis compañeros son dos de los triunfadores del pasado año en Madrid.

En cuanto a la ganadería tenemos mucha esperanzas y mucha fe, de novillero maté una novillada a Paco Medina, y con los actuales propietarios he ido varias veces a tentar. La última vez fue hace escasos días junto a Ángel Téllez y Francisco de Manuel, con quienes compartiré cartel en Casarrubios del Monte, donde salieron seis vacas muy buenas, si los toros de la corrida embisten, aunque sea la mitad que esas vacas, el aficionado se va a divertir y creo que va a ser una tarde muy bonita.