La economía, y más concretamente la carrera fiscal en la que llevamos días inmersos, será uno de los ejes principales sobre los que discurrirá el Debate sobre el Estado de la Región que acogen las Cortes de Castilla-La Mancha desde mañana y hasta el miércoles.

El debate lo abre el presidente del Gobierno regional, Emiliano García-Page, con un turno de intervención sin límite de tiempo -el año pasado se dilató por más de cuatro horas-, en el que es más que probable que anuncie alguna medida de carácter tributario. Dejaba con la miel en los labios la portavoz del Ejecutivo el pasado miércoles cuando prometía un discurso «cargado de anuncios». Algunos de ellos «anuncios que ustedes no se esperan», avanzaba Blanca Fernández a los medios de comunicación.

El consejero de Hacienda, responsable de 'echar las cuentas' en la Comunidad, ha sido preguntado reiteradamente por este asunto hasta que el jueves pasado reconoció que desde el Ejecutivo se estaba analizando la cuestión, sobre todo después de que la Comunidad Valenciana, también gobernada por el PSOE, anunciase bajadas del IRPF para las rentas de menos de 60.000 euros al año, adelantándose a la publicación del paquete de medidas fiscales acordado desde el Gobierno de Pedro Sánchez, y provocando el malestar en la titular de Hacienda, María Jesús Montero.

Aquí, Juan Alfonso Ruiz Molina sí dejó caer que en el Ejecutivo regional el debate estaba en si bajar impuestos o ir por la vía del gasto por medio de ayudas a los colectivos más desfavorecidos o que más están notando la escalada de precios por la inflación, la subida del precio de la energía, o la escasez de materias primas, todo ello efectos de la guerra de Rusia contra Ucrania. En cualquier caso, recomendaba «trabajar con prudencia» ante la «vorágine fiscal» que se ha originado en esta especie de competición tributaria.

Desde el PP de Castilla-La Mancha llevan tiempo reclamando una «bajada generalizada de impuestos» al Gobierno, para mitigar esos efectos de la crisis a los ciudadanos. La respuesta que ha obtenido siempre es que la región es una de las que menos presión fiscal tiene y «no todo el mundo por su nivel de renta tiene que pagar impuestos, por tanto todas aquellas reducciones que se aplican del lado de los ingresos no benefician a los más vulnerables», apuntaba Ruiz Molina. En todo caso, de optar por la vía de los impuestos, la solución pasaría por medidas fiscales diseñadas «con bisturí», como dejó caer la portavoz.

Ya el viernes era el propio vicepresidente el que se decantaba más por la vía del gasto, la de las ayudas, que por la de los ingresos, bajo el mismo argumento que el esgrimido por su compañero: «hay miles de ciudadanos que no presentan la declaración de la renta y pueden tener necesidades», señaló José Luis Martínez Guijarro, que rechazó la «subasta fiscal» llevada a cabo por las otras comunidades.

Habrá medidas, eso seguros, y las dudas se despejarán este martes con la intervención de García-Page en las Cortes.