El fútbol, como la mayoría de deportes, lleva implícito infinidad de aspectos muchas veces incontrolables, otras desconocidos y casi siempre sorprendentes. Aquí, desde mi opinión personal, considero que nace el éxito de un deporte que va mucho más allá de 'correr detrás de una pelotita', como la mayoría piensan.

El fútbol son sentimientos, emociones, frustraciones, celebraciones, cánticos, viajes, experiencias, lágrimas y sonrisas, aventuras, familia, amigos...
Son muchos los sociólogos que investigan los motivos por los que el fútbol engancha tanto y es el deporte con más seguidores a nivel mundial, pero creo que es algo difícil de conseguir explicar.
Quizás, uno de esos factores es la incertidumbre que hace que, a veces, lo imposible sea posible. Y de ahí que tras la victoria en Tomelloso, la afición y todos los estamentos del CD Toledo hayan olvidado el mazazo sufrido contra la Balompédica Conquense, que tanto dolió, y a pesar de casi ser imposible, vuelvan a creer en la remota posibilidad de jugar el 'playoff' del ascenso.
El gol desata pasiones, cierra cicatrices y junto con la victoria es capaz de desencadenar las reacciones químicas necesarias en nuestro interior para segregar la dopamina, una de las cuatro hormonas de la felicidad que tanto placer nos provocan al ser humano y cuya sensación queremos sentir una y otra vez en cada celebración.
No dejamos de ver o leer noticias de deportistas o equipos que logran hazañas impensables e improbables para el humano, por no hablar de cómo personas con habilidades diferentes se superan día a día a través del deporte. ¿Y por qué no va ser capaz el CD Toledo esta vez?