El sector turístico de Ruidera salva el verano

A. Criado
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Hosteleros y empresarios de turismo activo cierran la campaña de verano con resultados positivos, aunque aseguran que será imposible compensar las pérdidas del primer semestre

Turistas bañándose en las Lagunas de Ruidera. - Foto: Rueda Villaverde

El sector turístico vinculado al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera ha conseguido amortiguar los efectos de la crisis sanitaria del coronavirus durante el periodo estival. Hosteleros y empresas de turismo activo cierran la campaña de verano con resultados positivos, en algunos casos mejores que en 2019, aunque aseguran que será imposible compensar las pérdidas acumuladas durante el confinamiento decretado por el Gobierno de España en el marco del estado de alarma.

Reconocen que el balance es «satisfactorio», sobre todo teniendo en cuenta «las perspectivas tan poco halagüeñas» que había en marzo y abril». «Podemos dar por buena la campaña de verano, porque pensábamos que no íbamos a poder a abrir», afirma Jesús Vitoria, presidente de la Asociación de Empresarios de Campings de Castilla-La Mancha y gerente de Los Batanes, que asegura que estamos en «un año de supervivencia que no debería contar para las estadísticas».

Los Batanes abrió el 5 de junio, en fase 2 de la desescalada, cuando solo podía acoger a vecinos de la provincia de Albacete. Poco a poco, según avanzaba el desconfinamiento, llegaron al camping turistas de Castilla-La Mancha y de otras regionales, sobre todo de Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana, aunque en ningún momento del verano se completó su aforo (1.200 personas). «Los que han fallado este año han sido los turistas extranjeros», resalta Vitoria, que cifra en un 20% la caída de visitantes respecto al año anterior.

Mejor le han ido las cosas a Raúl Ares, propietario de los establecimientos Doña Ruidera y Albamanjón, que subraya que «la crisis sanitaria ha beneficiado al turismo rural». «Este año hemos recibido más visitantes de la región, personas que buscaban trayectos más cortos por la inseguridad de la pandemia y que en vez de una salida larga, han preferido hacer dos o tres pero más controladas», apostilla.

Ares remarca que el número de pernoctaciones en sus establecimientos ha sido superior al del pasado ejercicio, «y eso que 2019 no fue un año malo». En agosto, como es habitual, han rozado el 100% de ocupación, pero julio «ha sido mucho mejor que otros años». El hostelero subraya que el espectacular estado hídrico de las lagunas también ha contribuido a situar a Ruidera como uno de los principales destinos de turismo interior este verano.

Para las empresas de turismo activo también ha sido un buen verano, a pesar de la «incertidumbre» que generó entre los turistas el cierre durante tres días de las zonas de baño de lagunas situadas en el término municipal de Ossa de Montiel, debido la asistencia masiva e incontrolada de usuarios. «Nos costó volver a coger el ritmo», manifiesta Jesús Pascual, gerente de Ecoturismo Ruidera, aunque insiste en que el balance es positivo «viendo el panorama que había en marzo y abril» y el cese de actividad en mayo y junio, meses con un importante volumen de negocio gracias, sobre todo, a las excursiones de los centros educativos.

Otro quebradero de cabeza ha sido reorganizar los grupos que ya contaban con reservas para adaptar las actividades a la normativa de prevención sanitaria: «Sanidad redujo los grupos a un máximo de 10 personas, con el guía incluido, y normalmente trabajamos con 25, lo que ha supuesto que tuviéramos que contratar a más personal», enfatiza.

Esta reducción de cupos provocó que en Ruidera Activa se vieran «superados por la demanda». «El balance es realmente bueno desde finales de junio», resalta su gerente, José Luis López, que al igual que los hosteleros, ha echado en falta en los turistas procedentes de otros países. «Lo pasado, pasado está», afirma en referencia al negocio perdido en primavera y con la vista puesta ahora en el puente del 12 de octubre, para el que ya cuenta con algunas reservas.