Un tramo de la carretera CM-4167 permanece suspendido en el aire después de dos derrumbes ocurridos en febrero en una zona que albergó dos canteras hasta hace unos años. Los accesos en vehículos y a pie están cortados por vallas ante el peligro porque el hundimiento del terreno se llevó unos 10 metros cuadrados de calzada en el primer suceso, y el segundo movimiento de tierras ha dejado en vilo una porción de la calzada. Ahora, el Ayuntamiento trata de aclarar si la titularidad de la carretera pertenece al Gobierno regional o al municipio, así como la responsabilidad de este desenlace en uno de los accesos al pueblo manchego. «Está muy peligroso. Se puede hundir en cualquier momento», destaca el alcalde de Urda, Manuel Galán.

El responsable municipal señaló que la Junta de Comunidades ha contestado que la responsabilidad de ese tramo pertenece al Ayuntamiento. En este sentido, el Consistorio revisará la documentación para constatar la pertenencia de esta parte de la vía CM-4167. «La Junta dice que no es carretera sino una calle y pertenece al Ayuntamiento», indicó ayer a este diario el regidor de este municipio de 2.500 empadronados. Asimismo, agrega que la Consejería de Fomento dice que la responsabilidad regional alcanza hasta una rotonda cercana, pero desde esa parte hasta el interior del municipio corresponde a la institución municipal.

«Lo raro es que nadie aporta documentación», añadió ante la petición de información también a los dueños de las canteras, inactivas desde hace 10 y 4 años. Se trataba de un lugar de extracción de piedras para la construcción de carreteras que funcionó durante décadas. La vivienda más cercana se encuentra a apenas 60 metros.

El primer derrumbe se desencadenó el pasado 9 de febrero, como publicó ya este diario. Se había venido abajo hacia las 17:30 horas en la zona de una cantera inactiva que sustenta de uno de los accesos por carretera a este municipio de La Mancha. El segundo ocurrió a finales de ese mismo mes, a unos 20 metros de la anterior, y ha dejado «suspendida en el aire» una parte de la calzada en ese tramo.

Se trata de una carretera de entrada que sirve de comunicación con las poblaciones ciudadrealeñas de Villarrubia de los Ojos y Fuente el Fresno, pero que resultaba poco frecuentada por los conductores en comparación con otros accesos al pueblo. A ambos lados del trazado, hay cortados de unos 80 metros de profundidad originados por dos canteras.

No obstante, el alcalde subraya que está perjudicando notablemente a los vecinos porque los camiones que abastecen de alimentos a unas granjas de corderos y ovejas se ven obligados a circular ahora por las calles ante la imposibilidad de recurrir a este tramo de la carretera. «Están molestos», apunta por las incomodidades para los residentes.

«No tiene solución, la única solución es cortar el acceso», comentaba a este diario el regidor manchego al día siguiente del primer derrumbe en esta parte de la carretera CM-4167, que comienza precisamente en Urda y se extiende hasta enlazar con la N-401, que comunica Toledo con Ciudad Real. Galán mantiene la opinión sobre las dificultades para hallar una reparación y volver a hacer transitable este acceso al municipio.