El Ruiz de Luna se une a la Semana Santa

La Tribuna
-

El Museo expone hasta el 14 de abril dos piezas sin policromía, en cerámica bizcochada, copias de las que existen en la Sacristía de la Colegial de Talavera y desconocidas para el gran público

El Ruiz de Luna se une a la Semana Santa

El Museo de Cerámica Ruiz de Luna va a conmemorar la Semana Santa con la exposición de dos bustos de Ruiz de Luna: una dolorosa y un ecce homo. Una vez más y haciendo coincidir estas fechas con la pieza del mes, el museo expone piezas que no están en la exposición permanente pero que forman parte del legado del artista y que se considera importante dar a conocer  al público en general. Se encuentran desde ayer hasta el 14 de abril próximo. 

Según ha informado el Museo en nota de prensa, se trata de dos piezas sin policromía, en cerámica bizcochada, copias de las que existen en la Sacristía de la Colegial de Talavera y que se cree que pertenecen a la escuela del escultor barroco José de Mora.

Sin duda son piezas poco habituales en la producción de Ruiz de Luna y desconocidas para el público.  Por ello se consideran son obras muy representativas que merecen su exposición temporal en el Museo de Cerámica Ruiz de Luna, «para el disfrute de quien desee conocerlas, al tiempo que animamos a realizar una visita general a nuestro museo», explica la nota.

Con respecto a las obras, el Ruiz de Luna ha explicado que la devoción al Ecce Homo o Cristo como ‘Varón de dolores’ y a la Virgen Dolorosa surge a finales de la Edad Media y Renacimiento con la piadosa meditación de la Pasión del Señor como ejemplo del sacrificio que Dios realiza a través de su Hijo unigénito por la salvación de la Humanidad.

Si bien no será hasta el Barroco cuando se popularicen estos tipos de representaciones dramáticas en las que se trasmite la angustia de la madre que sufre al ver a su hijo castigado, y la entereza de la figura de Cristo aun mostrando palmariamente los efectos de los suplicios a los que fue sometido según los relatos evangélicos y las visiones místicas de personajes que proliferaron en esta época de profunda y acendrada religiosidad.

Para despertar la fe en el devoto se mostraban los suplicios soportados por ambos personajes para salvar al mundo del pecado, en el caso de Jesús, o como copartícipe en la salvación, en el caso de la Virgen acompañando a su Hijo en todo momento. 

Papeles que vemos en obras artísticas como las que presentamos: dos bustos en cerámica bizcochada salida de las producciones escultóricas de la fábrica de Ruiz de Luna. Producciones poco estudiadas pero que darían felices resultados, tanto en la calidad de trabajos de escultores desconocidos aún a día de hoy –como las piezas aquí expuestas-, o por las destacadas colaboraciones con reputados artífices del momento –como Juan de Ávalos o Mariano Benlliure-, las cuales vendrían a enriquecer la estatuaria de la época a la vez que presentan la versatilidad de la cerámica también como material al servicio del arte.

Además, representan a Talavera  por dos motivos fundamentales. Uno, por ser fruto del mejor saber hacer de sus ceramistas y ejemplo del resurgir de la cerámica talaverana, y, dos, por ser copia de dos magníficas esculturas en madera policromada que se custodian en la Colegiata de la ciudad, relacionadas con el círculo del escultor granadino José de Mora (1642-1724), uno de los grandes referentes del Barroco español.