Hay pocos sectores que no se han quejado de la repercusión negativa de la pandemia. Los beneficiarios de la cultura no se han organizado para expresar su malestar, pero si lo hicieran serían quizás uno de los colectivos más abultados. Porque la actividad cultural, en todas sus expresiones, ha sido una de las grandes damnificadas por las medidas que se han ido imponiendo y que han dejado práctica vacía la agenda. 

La situación de los dos teatros de Talavera, el Victoria y el Palenque, es quizás uno de los mejores reflejos de ese agujero que la pandemia ha ocasionado y que ha dejado a los amantes de la cultura con muy pocos actos para disfrutar. Cerrados desde que en marzo pasado se decretara el estado de alarma, estaba todo ultimado para que a partir de este mes se recuperara la actividad tras estos seis meses de parón. Lo explicaba a La Tribuna el concejal de Cultura, Carlos Gil, que esta misma semana elevaba al Consejo Rector del OAL de Cultura una programación que ahora está totalmente en el aire. 

Se habían programado al menos cuatro obras para este mes de octubre, en su mayoría rescatadas de la programación de meses anteriores que no pudo realizarse. Ya en septiembre, explicaba el concejal, hubo dos actividades que no pudieron celebrarse porque la reducción de aforo limitaba a 50 el número de asistentes. «Son obras que salen muy caras y no pueden programarse para un número tan limitado de público», se lamentaba Gil.

Ahora no hay ni siquiera esa opción. El nivel 2 de restricciones impuesto esta semana por Sanidad para intentar frenar la expansión del Covid, ha supuesto el cierre inmediato de teatros, cines, museos y bibliotecas. 

Las cuatro obras previstas se reprogramarán, si el Covid no lo impide, para los dos últimos meses del año, después de que el órgano rector del OALde Cultura aprobara esta semana la programación cultural completa. Si en noviembre no hubiera mejorado la situación sanitaria y los teatros no se pudieran reabrir, el programa del último trimestre del año se suspendería ya de forma completa. Un escenario que nadie desea y que abocaría a un año cultural prácticamente en blanco, al menos para los teatros talaveranos. 

Para garantizar el distanciamiento personal el exitoso ciclo de Conferencias del Arte que llega a su 38 edición se había trasladado del centro cultural Rafael Morales al teatro Victoria, pero, como el resto de actividades, está ahora en el aire. 

También se ha cerrado el Museo Etnográfico, que deja otro vacío como espacio y por las actividades que programa, y todas las bibliotecas, que mantendrán parte de la actividad en la red. No obstante, estas últimas estaban muy lejos de los habituales llenos. Uno de los espacios más demandados por los estudiantes apenas tenía público en estas últimas semanas y había muchas vacantes a pesar de que el aforo estaba reducido al 50 por ciento. 

La única nota positiva es el ahorro que ha supuesto sobre todo el cierre de los teatros, de los que no ha habido que pagar un euro por gastos de gestión