Liberado un águila imperial ibérica recuperada en el CERI

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El ejemplar ingresó en el Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas de Sevilleja hace tres meses por traumatismo tras colisionar con un vallado eléctrico. Hay 260 parejas en la región

Liberado un águila imperial ibérica recuperada en el CERI

El Gobierno de Castilla-La Mancha, a través de la Consejería de Desarrollo Sostenible, está trabajando en colaboración con los propietarios de numerosas fincas de carácter cinegético para la conservación de la biodiversidad y favorecer la reintroducción de especies amenazadas.

De esta forma lo manifestó el consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero, durante la reintroducción al medio natural de un águila imperial ibérica recuperada en el Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas (CERI) de Sevilleja de la Jara, donde aseguró que, en los últimos años, han sido unas 25 fincas tanto de la provincia de Ciudad Real como de la de Toledo, las que han colaborado activamente en la reintroducción de especies como el lince ibérico y el águila imperial.

Muestra de ello es la finca La Ventosilla, en el término municipal de Polán, donde procedió ayer a la suelta de un ejemplar de águila joven de dos años que ingresó en el CERI en el mes de diciembre pasado por un traumatismo, probablemente por colisión con vallado eléctrico, como ha señalado el informe técnico. En la que también se han dado cita el director general de Medio Natural y Biodiversidad, Félix Romero; el delegado provincial de Desarrollo Sostenible, Tomás Villarrubia; y los propietarios de la finca.

Escudero destacó el mantenimiento de las especies emblemáticas en situación de vulnerabilidad, como son el lince ibérico, el águila imperial o el buitre negro. Por ello, recalcó el trabajo de revisión de sus planes de conservación de la consejería desde junio de 2020. «La revisión de los planes de recuperación de estas especies era un compromiso adquirido desde el inicio de la legislatura para que pudieran reflejar la realidad actual de cada una de ellas», enfatizó.

En este sentido, explicó que tanto el plan de conservación del águila imperial como del buitre negro, han contado un periodo de participación pública en los que se han recibido propuestas y sugerencias de interés para la conservación de estas especies para promover a nivel regional la conservación de la naturaleza y la diversidad biológica. Se espera que estén finalizados para después del verano.

Hay unas 260 parejas reproductoras de águila imperial, principalmente en Toledo, que es la provincia con la mayor población reproductora de la especie, unas 145 en 2020. «Tras 16 años de la puesta en marcha de los planes de recuperación, la población se ha multiplicado por cuatro en el caso del águila imperial, de esta forma Castilla-La Mancha aporta cerca del 45% de la población reproductora del total de la especie», afirmó.

Escudero recalcó el trabajo del CERI, puesto que en 2020 registró 1.128 admisiones, de las cuales 749 (66%) corresponden a ejemplares ingresados con vida o muestras de chequeados en campo que fueron objeto de valoración veterinaria y en su caso, de tratamiento.

El grupo faunístico más frecuente en los ingresos es el de las aves rapaces, con un 50% del total. Le sigue el grupo de aves no rapaces, con un 41% de las entradas totales. Además 24 individuos han nacido en el pasado año en este centro (dos águilas perdiceras, 13 cernícalos primillas, cuatro cernícalos vulgares, tres cigüeñas blancas y dos búhos reales), procedentes de adultos irrecuperables o en proceso de recuperación. Los ejemplares fueron liberados directamente o cedidos para reintroducción.

También destacar que se produjo por cuarto año consecutivo, mediante reproducción natural, la puesta de una pareja de águilas perdiceras (en peligro de extinción), de la que nacieron dos pollos liberados con éxito al medio.