La ciudad de Toledo ha vuelto a quedarse un año más sin la tradición de beber agua de los botijos del claustro de la Catedral en el día de su Patrona, la Virgen del Sagrario, debido a las restricciones sanitarias marcadas por la pandemia del coronavirus, aunque celebra las fiestas esperando recuperar «la alegría y el optimismo».
La alcaldesa de la ciudad, Milagros Tolón, en declaraciones a los medios posteriores a los actos religiosos que con motivo de esta festividad han tenido lugar en la catedral primada, ha felicitado a los toledanos y a las toledanas en «un día importante para la ciudad» como es la festividad de su Patrona, ha informado el Ayuntamiento en nota de prensa.
Asimismo, les ha animado a vivir y disfrutar con responsabilidad y prudencia de la «gran oferta» artística y cultural que ha preparado el Ayuntamiento para estos días festivos, «el mejor programa de una Feria de agosto de los últimos 20 años».
Tolón ha manifestado que se presentan «unas fiestas complicadas y difíciles» porque todavía se están pasando unos meses complicados por la pandemia, «aunque poco a poco se va recuperando la normalidad».