Entre la vorágine de olas de Covid, la vida discurre con la esperanza de retomar la normalidad lo antes posible, pero aún con secuelas.
El recién finalizado periodo navideño no ha sido precisamente un buen termómetro para presuponer la recuperación de la economía. Según datos que expone Manuel Madruga, secretario General de Fedeto, para La Tribuna, las ventas en los sectores textil y del calzado han caído entre un 15 y un 20% respecto del año 2019, que en palabras del propio Madruga «es el último del que podemos tomar referencias», dado que 2020 fue un año inmerso en la pandemia.
«No ha salido como se esperaba», explica el secretario general de la federación toledana, que deposita, al igual que el sector, sus esperanzas en el periodo de rebajas de invierno inaugurado el pasado viernes 7 de enero. «La intención de la ciudadanía es difícil de prever» espeta, pero recuerda que los periodos de rebajas, tanto invierno como verano, «suponen entorno al 45% de la facturación total de muchos comercios», por lo que se espera que en este mes de enero se recupere el crecimiento de las ventas, para lo que destaca que el comercio de proximidad ofrece alta calidad a precios reducidos, «haciendo en ocasiones importantes esfuerzos para llegar a rebajas del 75% en el precio» y eso, «denota las ganas de vender» recalca.
Un periodo navideño que abrocha un año 2021 que concluye con precios desorbitados, especialmente en las materias prima, lo que ha generado unos sobrecostes que según Madruga, «hasta el último momento han asumido las empresas», dato que se destila de la inflación subyacente que quedó situada en el 1.7%, una cantidad que permite hablar de «normalidad», y que se vería alterada si esta superase la barrera del 2%.
No obstante, la posibilidad de reducir esta inflación es mínima, lo que nos podría encaminar a una «inflación desbocada» un fenómeno derivado de un crecimiento inflacional por encima de lo esperado y que no solamente encarecería la lista de la compra, sino que «también influiría en los tipos de interés» debido al papel de la regulación bancaria. Esta situación, pasaría factura a hipotecas y préstamos, que dependen de los tipos de interés; dificultando en muchos casos la creación de empleo.
Precisamente el empleo, se crea a buen ritmo, pero dadas las condiciones actuales, en estos momentos «la mayor parte de empleo creado, viene por parte de estamentos públicos, que son quienes pueden llevarlo a cabo» asegura.
Por el momento la iniciativa privada tiene una mayor dificultad para crear dicho empleo, ya que a ojos de Madruga, la rigidez del mercado, es la causante de que el dato del paro en nuestro país, se sitúe en el 14.5%, frente al 7.1% que tiene Europa, lo que nos sitúa en un escenario lejano al de 2019, que sería con el que deberíamos realizar cualquier tipo de comparación. Además avisa de que la situación actual de empleo puede ser «un espejismo», puesto que existen contratos prolongados desde verano y que enlazan con esta campaña de rebajas, pero que se disolverán en los próximos meses, pasando a engrosar las listas de desempleo.
Por ello, tampoco ve factible el dato de previsión de crecimiento que lanza el Gobierno de España del 7%, y que el propio Madruga sitúa «por debajo del 3%» a lo largo del recién comenzado 2022.