Tratado de paz en el Ritz

M.C. Sánchez-agencias
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Los populares encaran unidos la precampaña tras cerrar el conflicto interno que provocó la insistencia de Díaz Ayuso para convocar cuando antes el congreso del partido en Madrid

Tratado de paz en el Ritz - Foto: Eduardo Parra

En la historia de los grandes acontecimientos bélicos, la firma de los tratados de paz siempre está referenciada con el nombre del lugar en el que se rubricaron. En el PP nunca hubo una guerra abierta, como defienden desde la formación conservadora, pero sí se produjo hace unos días una escena de bajada de espadas entre dos de sus pesos pesados, con el emblemático Hotel Ritz de fondo.

El conflicto superado fue la polémica por el control del PP madrileño y sus protagonistas, la presidenta de esta Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y el número dos de los populares, Teodoro García Egea. Ambos dejaron claro, recorriendo juntos los pasillos del Ritz, su intención de dejar atrás cualquier diferencia para encarar unidos la precampaña en Castilla y León, con Alfonso Fernández Mañueco como aspirante a la reelección.

Tras meses con la tensión interna disparada y sin coincidir en público, Díaz Ayuso y García Egea llegaron juntos al evento, al que acudió la plana mayor del partido a excepción de su líder, Pablo Casado, que justo ese día se sometía a un test para comprobar, como finalmente fue, si había superado o no su infección por coronavirus.

Unos y otros buscan desde entonces hacer patente su sintonía. El número dos de los conservadores no ha parado de destacar que están cohesionados y unidos y enmarcar en una estrategia de sus adversarios los rumores de enfrentamiento entre la dirección nacional y la mandataria madrileña.

A su juicio, a muchos les gustaría tener a líderes como Díaz Ayuso o Fernández Mañueco y «en ese afán van a intentar durante todo 2022 buscar cualquier tipo de conflicto entre distintas partes de un mismo partido unido y cohesionado como es el PP».

Y en esa línea, la presidenta madrileña se ha centrado en cerrar filas en torno al líder de su formación: «Mi única labor va a ser estar al lado de Pablo Casado para que, junto al resto de presidentes autonómicos, de la dirección nacional, de los diputados y senadores de mi partido, él llegue lo antes posible a encabezar este cambio tan necesario para España». Pese a «algunos titulares de prensa», la situación interna del PP es de «total normalidad», añade.

Sin embargo, según las últimas encuentas difundidas por los medios nacionales, Díaz Ayuso es la favorita entre los votantes del PP para luchar contra Pedro Sánchez, mientras que Casado ocupa el tercer lugar en sus preferencias, por detrás del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

Para los populares, estos sondeos no tienen importancia pues, con su actual presidente, el partido se ha convertido en una «fábrica de liderazgos». Así, lanzan un mensaje en público y en privado: harán piña para ganar las elecciones, las de Castilla y León, y las venideras, en Andalucía. 

Pendientes de las fechas

Escenificaciones de unidad aparte, la fecha concreta del congreso regional en Madrid sigue estando en el aire, aunque Génova ya ha fijado para el próximo mes de julio la celebración del cónclave nacional. Teniendo en cuenta esto, la cita madrileña se produciría con anterioridad, como se acordó en su día. Además, el entorno de Casado insisite en que Díaz Ayuso no tendrá rival en la carrera por el control del PP en la comunidad y recalcan que habrá listas únicas, a diferencia de lo que ocurría en los congresos de hace cuatro años, donde el partido se dividió por la mitad en muchos territorios.

El equipo de la madrileña reitera su petición de que el cónclave se convoque cuanto antes, para empezar a preparar los comicios autonómicos y municipales del 2023, pero en Génova insisten en que hay que cumplir los plazos.

Frente a ello, fuentes de la dirección nacional del PP no descartan que el adelanto de las elecciones en Castilla y León al 13 de febrero pueda afectar a las fechas de los congresos y retrasarlos. 

Los Estatutos señalan que este tipo de citas se tienen que convocar con 45 días de antelación y, dado que hay otros pendientes antes como el de Extremadura, no se prevé que el cónclave madrileño se celebre hasta bien entrada la primavera, algo que disgusta al equipo de Díaz Ayuso, que considera que debe hacerse en marzo como muy tarde, cuando se cumplen cinco años de la cita congresual que aupó a Cristina Cifuentes a la Presidencia del partido.