El Iriaf recupera la variedad 'mizancho'

Ana Pobes
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El Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Argroalimentario registra esta uva en la Oficina de Variedades Vegetales, con lo que son casi 50 las 'rescatadas' desde el año 2000

El Iriaf recupera la variedad ‘mizancho’ - Foto: Rueda Villaverde

El Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha (Iriaf), ubicado en Tomelloso y dependiente del Gobierno regional, continúa trabajando en su proyecto de recuperación e investigación de variedades que comenzó a desarrollar en el año 2000. Desde entonces, el Instituto Regional ha recuperado casi 50 variedades de uva y la última en sumarse a ese listado ha sido la denominada mizancho. Una variedad blanca que el Instituto ha registrado ya en la Oficina Española de Variedades Vegetales, y cuyo informe se remitió hace unos días a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, organismo que debe dar su autorización para poder obtener vinos con este tipo de uva en la región. Una resolución que el director del Iriaf, Esteban García, confía en que llegue a lo largo del año.

El restablecimiento de esta variedad de uva es una «buena noticia», ya que el objetivo de este proyecto «es que la variedades que hemos logrado recuperar se vean en el mercado en botellas de vino», argumenta García, que recuerda en declaraciones a La Tribuna que de ese casi medio centenar de variedades recuperadas, el Gobierno regional ya ha autorizado su cultivo a varias de ellas. Es el caso, por ejemplo, de la moribel, albillo dorado y tinto fragoso. Estas, insiste el director del Iriaf, «ya pueden cultivar en Castilla-La Mancha y obtener vinos de ellas». En la actualidad, el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha está estudiando otras cinco variedades, pues «la legislación establece que si se quiere autorizar un tipo de uva con destino la vinificación, previamente hay que realizar un estudio de cinco años de vinificaciones experimentales para comprobar la calidad».

Con estos datos sobre la mesa y teniendo en cuenta «las enormes dificultades» a las que ha tenido que enfrentarse el Instituto regional debido al COVID-19, su director asegura que «2020 fue un año muy positivo, porque la actividad científica y técnica de los distintos centros que conforman el Iriaf se ha mantenido», aunque sí lo hicieron las actividades que requerían presencialidad. En este sentido, argumenta que el confinamiento y las restricciones de movilidad por el coronavirus provocaron un descenso de alumnos en prácticas y por lo tanto, el Instituto regional despidió el año pasado con menos acciones formativas prácticas pasando de las 113 en el año 2019 a las 46 de 2020. Pero el coronavirus redujo también la asistencia a congresos tanto nacionales como internacionales, ya que se han pasado de los 51 a los 23, y estos «se han hecho todos de forma online».

«Los cursos que realizamos son muy prácticos, y eso exige la presencialidad que la pandemia nos ha impedido. Todo aquello en lo que no era requisito imprescindible estar presente y el contacto con los grupos, estamos muy satisfechos, porque hemos igualado o aumentado nuestros resultados», puntualiza. Es el caso, por ejemplo, del número de proyectos llevados a cabo con fondos propios -regionales o nacionales- con 70 realizados en 2020 frente a los 55 del año anterior. En relación a las acciones científico-técnicas (artículos de divulgación en revistas, publicaciones, tesis leídas, etc) se han mantenido en 25.

Ahora, todas las miradas se centran en 2021, que se presenta con la prevención también como protagonista, «ya que todavía no hemos salido de la pandemia, y por lo tanto las dificultades en relación a las actividades presenciales se siguen manteniendo». Por ello, desde el Instituto Regional se ha apostado por ofrecer algunas actividades formativas en formato vídeo-tutorial en su página web y una de esas proyecciones ha sido la poda del pistacho. «Acciones formativas muy demandadas. De ahí, que estos vídeos intenten paliar las actividades formativas presenciales», manifiesta el director del Iriaf.