La nevada histórica que cayó la semana pasada en Toledo ha puesto en el punto de mira al Casco Histórico de Toledo por su valor patrimonial y los posibles daños producidos por la acumulación de nieve en cubiertas de monumentos y edificios significativos. Además, el foco de atención ha ido creciendo a raíz de unas recientes declaraciones del presidente de la región, Emiliano García-Page, sobre su preocupación por la posibilidad de que el temporal pueda dañar el patrimonio histórico de la ciudad, e incluso está estudiando la posibilidad de pedir al Gobierno la declaración de zona catastrófica para las zonas de Castilla-La Mancha más afectadas tras el paso de la borrasca Filomena.

Aún es pronto para realizar una evaluación exhaustiva de los desperfectos ocasionados por la nevada, pero el Arzobispado ya tiene una ligera idea y no tiene constancia de daños patrimoniales de importancia en monumentos, conventos y otros edificios de la Iglesia.

«No hemos recibido incidencias ni noticias en estos días», explica el delegado dePatrimonio de la Archidiócesis, Miguel Ángel Gómez, a La Tribuna. En principio, las cubiertas de distintos bienes inmuebles no parecen haberse deteriorado a pesar de la gran carga que están soportando de nieve y hielo, y apunta que con el paso de los días «la descarga» que se va produciendo por el deshielo ayudará  «a disminuir esa carga añadida».

Desde el Arzobispado también apuntan a la buena salud de los edificios, pero no se descarta que alguna pequeña «techumbre» pueda sufrir deterioros por la nieve. En principio, la situación es buena a pesar de la antigüedad y de las condiciones de los distintos  bienes patrimoniales del Casco, pero la evaluación completa se realizará una vez que la nieve desaparezca de las cubiertas y permita examinar los inmuebles con detalle.

En otras zonas de la ciudad sí se han ocasionado destrozos, sobre todo, en las cubiertas de las pistas deportivas de varios colegios y en distintas marquesinas. por el peso de la nieve.