El cartel de 'No hay localidades' podríamos colgar en el casco de la ciudad de Toledo por la gran acogida que está tenido este fin de semana la puesta en marcha de las luces navideñas. Hay que retomarse tiempo atrás para volver a ver escenas como las que se dan estos días en la capital regional con una ebullición y trasiego de turistas que no se quieren perder una de las ciudades con mayor encanto del panorama nacional, bajo los efectos de la magia de la navidad. De tal guisa, que recorrer las calles de la zona centro se hace muy difícil. 'Bendita dificultad' dirán los comerciantes, hosteleros, guías… y todo el sector que abren los brazos para recibir y dar la bienvenida a este rayo de esperanza. Y es que han sido meses en los que el sector hostelero y hoteleros, comerciantes… han observado como la crisis por la pandemia golpeaba en sus puertas, muchos no han podido aguantar, y ahora, volver a vivir estas escenas es un alivio. 

En la plaza de zocodover, plenitud de navidad, se vuelve a respirar ese ambiente de años pasados en el que los turistas, curiosos y vecinos se mezclan entre ellos para poner así esa sinfonía de ruido urbanita en Toledo. Misma situación vive la plaza del ayuntamiento, los aledaños de la Catedral o incluso el Puente de Alcántara, mires donde mires, en cada rincón podrás encontrar a alguien inmortalizando el momento y el rincón de la ciudad que deja a todos con la boca abierta a medida que van conociendo sus calles y sus secretos. Incluso, colas en las administraciones de Lotería. 

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Toledo vuelve a respirar, a vivir, a palpar... un fin de semana de los de antes, un fin de semana en el que la ciudad, y más ahora en navidad, se posiciona como parada obligatoria para todos los amantes de la cultura, gastronomía, y porque no decirlo, del postureo.