Peligra el último testimonio de Jerónima de la Asunción

J. Monroy
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La placa conmemorativa del III centenario de la muerte de la religiosa toledana, último testigo de su efímera calle, aparece hoy muy deteriorada

Peligra el último testimonio de Jerónima de la Asunción - Foto: David Pérez

Fue en 1930, con motivo del tercer centenario de su muerte, cuando la ciudad de Toledo cambió el nombre de la entonces y ahora travesía de Santa Isabel por la de Madre Jerónima de la Asunción. De aquella historia tan solo resta en la pared del convento, en la capilla de San Antolín, una modesta placa, muy deteriorada, y sobre la que la Real Academia ha alzado la voz de alarma.

Aquello ocurrió antes del confinamiento, recuerda el académico Miguel Ángel Dionisio, y quizá por eso haya pasado desapercibido este aviso. Pero el caso es que Dionisio se muestra preocupado por el estado de esta placa conmemorativa, no solo deteriorada, sino en peligro, apunta, de caer cualquier día.

Parece que fue en 1930 (aunque Porres Martín-Cleto lo fecha en 1922), cuando se cambió el nombre de la travesía por el de la religiosa toledana. Poco después llegaría la República y se cambiaron los nombres de muchas calles. Quizás en un cambio posterior, apuesta Dionisio, la calle recuperó su original travesía de Santa Isabel, olvidando a la «ilustre hija de Toledo», según costa en la placa, que también resalta su muerte en 1630.

El periódico El Castellano recogía en su edición del 4 de octubre de 1930 la propuesta de la Real Academia de poner el nombre de la religiosa a la calle. «En cuanto a nuestra propuesta de dedicar a la primera misionera de Oceanía una calle inmediata al monasterio de Santa Isabel, nos consta que así está proyectado de antemano en el catálogo de calles toledanas que tiene en estudio, por encargo oficial, el ilustre director de la Real Academia de Bellas Artes, don Teodoro de San Román y Maldonado. Esta feliz coincidencia fue de facilitar la realización de la idea con la oportunidad del centenario», recoge. Dicho y hecho, solo diez días después recogía el diario que así lo había aprobado el Ayuntamiento, y que el lugar llevaría una placa conmemorativa. El día 21 se inauguraba la placa, con la banda de música de la Academia de Infantería tocando el himno franciscano. Comenzaba poco después una serie de homenajes de la Academia hacia la religiosa.

Misionera toledana. Retratada en su día por Velázquez, Jerónima Yáñez de la Fuente, la monja toledana sor Jerónima de la Asunción, fue la fundadora del convento de Santa Clara de la Concepción de Manila, el primer convento femenino de Extremo Oriente.

Nacía en una familia acomodada de Toledo y a los 15 años recién cumplidos ingresaba en Santa Isabel. Durante los siguientes cuarenta y ocho años permaneció en el convento entregada según sus biógrafos a la oración y la penitencia, ocupada sucesivamente en las tareas de enfermera, gallinera, sacristana, vicaria de coro, provisora y finalmente maestra de novicias,?al tiempo que, desde 1598, gestionaba la autorización para el traslado a las Filipinas, dilatado por los inconvenientes y dificultades que oponía el Consejo de Indias por problemas de hacienda y patrocinio.

A la postre, en 1620 consiguió fundar en Manila el primer convento femenino de las Filipinas. Allí murió una década más tarde.