«Lo peor ha sido la crisis y los recortes de Cospedal»

J. Monroy
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El secretario provincial de Comisiones Obreras (CCOO) en Toledo asegura que la situación más dura que le ha tocado vivir duntante su mandato fue «visitar a familias de trabajadores fallecidos en accidente laboral»

«El peor ha sido la crisis y los recortes de Cospedal» - Foto: David Pérez

Lo deja. No por conocida de antemano por los trabajadores y amigos que José Luis Arroyo tiene en CCOO la noticia ha sido menos triste; triste entre comillas, porque se alegran por Arroyo, que ha aprobado la oposición que tanto tiempo llevaba preparando, pero sí por ellos y por el sindicato. Cuando acabe todo el proceso congresual, José Luis Arroyo dejará su cargo de secretario provincial, para dedicarse en pleno, al menos de momento, a sus nuevas funciones. Aunque en el futuro, nunca se sabe.

¿Cómo le gustaría a José Luis Arroyo que le recordaran como secretario provincial de CCOO?

Me gustaría que me recordaran como a un compañero, que recordaran que cuando algún trabajador o alguna trabajadora ha tenido un problema, ha percibido que el sindicato ha estado allí. Me gustaría que recordaran que en la medida de lo posible he tratado siempre de ayudar. Así le gustaría que le recordaran a cualquier sindicalista.

Trabajadores del sindicato muestran en privado su alegría por usted, pero pena por lo que pierde CCOO.

Eso depende de la percepción de los compañeros. Yo me llevo muy buenas sensaciones del conjunto de la gente del sindicato, y además me voy contento. Me llevo muy buen rollo.

Hace 18 años ya que entró en CCOO, ¿cuáles han sido tus referencias sindicales?

Mi referente sindical y como persona, teniéndola en el despacho frente a mí, es Eugenio Gómez, ‘Manchego’. También son referentes los secretarios generales que ha tenido el sindicato, a los que todavía pido opinión de manera constante, Villaraco y Chema Díaz Ropero. Siempre que he tenido que tomar alguna decisión, siempre he pensado con la perspectiva qué hubiesen hecho ‘Manchego’, Villaraco o Díaz Ropero, incluso, con carácter más general, sindicalistas como Marcelino Camacho. Aunque la sociedad es cambiante, el sindicato tiene que tomar como referencias en las circunstancias difíciles, los dirigentes anteriores. Eso no quita que, en un momento determinado, no haya consultado, que siempre lo hago, a los sindicalistas que están en la propia organización y la Ejecutiva.

¿Cómo ha cambiado el sindicalismo en estas dos últimas décadas?

El sindicalismo en esencia sigue siendo lo mismo. Más en un sindicato como CCOO, que tiene la doble vertiente de estar presente en los conflictos laborales, cuando hay una problemática específica; pero también es una manera de ver la sociedad. Comisiones tiene una serie de principios compartidos, como son la defensa de la libertad, la igualdad y una sociedad con pluralismo. No olvidemos que no solo nació con una finalidad eminentemente reivindicativa de condiciones laborales, sino también con vocación de defensa de la democracia, lucha contra la dictadura y defensa de un modelo social basado en los servicios públicos. Creo que ese ADN siempre lo hemos tenido.

Veo que deja un sindicato más feminista.

Comisiones siempre ha sido feminista. Siempre ha habido compañeras, como Kika, Mari Carmen Barrios, Ana Blanca o Vicenta Agustín, que han llevado la defensa de la igualdad y el feminismo como lo hacen las compañeras actuales, manteniendo siempre posiciones comprometidas y avanzadas. La Secretaría de la Mujer de CCOO siempre ha estado en la vanguardia de la reivindicación. Lo que sí que es verdad que cada vez el sindicato, en el conjunto de su estructura, se está feminizando. Entre las nuevas afiliaciones, hay más mujeres que hombres, lo que evidencia que encuentran una referencia no solo sindical, sino también en la defensa de sus derechos, en Comisiones Obreras. De eso también me voy orgulloso. Muchos trabajadores y trabajadoras perciben al sindicato como una solución no solo a sus problemas en la empresa, sino también para abordar determinados debates en el conjunto de la sociedad, como pueden ser la igualdad.

Han sido cuatro años como secretario provincial bastante movidos laboralmente  y sindicalmente.

El sindicato no para. En los últimos 18 años, he visto momentos muy difíciles. El peor momento llegó con la crisis económica que comenzó a finales de 2008, pero sobre todo con los recortes de Cospedal. El daño que hizo Cospedal a los servicios públicos y al empleo en Castilla-La Mancha fueron muy difíciles para el sindicato. En estos cuatro años, hemos trabajado mucho en tratar de reconquistar derechos, o en reivindicaciones importantes, como el uso abusivo de las empresas de trabajo temporal y la mala utilización de la subcontratación. Hemos tratado también de tener una vocación de intentar cubrir a los trabajadores y trabajadoras que se encuentran en condiciones más precarias. Lo hemos hecho también en nuestra acción sindical y acercando nuestra asesoría jurídica a esos trabajadores; asesoría jurídica, que en Toledo es un referente en el ámbito laboral, y me atrevería a decir, que es de las mejores en materia laboral del conjunto del Estado.

¿Algún conflicto del que se acordará especialmente?

La situación más dura que he vivido como secretario general ha sido alguna visita a familias de trabajadores fallecidos en accidente laboral. Otra cuestión que para mí ha sido muy dura, y su imagen se me va a marcar mucho tiempo, fue cuando en el mes de abril, con Toñi, la compañera de Sanidad, visitamos las residencias de mayores. La situación que estaban viviendo las trabajadoras fue para mí muy dura e hizo que siguiéramos visitando residencias y tratando de dar solución a los problemas que sufrían las trabajadoras y los mayores. No son conflictos laborales, pero para mí sí ha sido lo más duro.

Luego, hay conflictos diarios, como las situaciones difíciles de los mataderos, dificultades en el sector aeroespacial o en las contratas de la propia administración. Eso es la actividad diaria.