El ocio nocturno pide más aforo y una ampliación de horario

Leticia G. Colao
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Los hosteleros luchan por la recuperación tras la finalización del Estado de Alarma y el toque de queda. Defienden que en sus locales se cumplen las medidas, no así en los botellones.

El ocio nocturno pide más aforo y una ampliación de horario - Foto: David Castro

Los hosteleros del ocio nocturno continúan con su particular batalla para conseguir más aforo y sobre todo, más horario. En Talavera, algunos de los empresarios de salas de fiesta y discotecas, además de locales nocturnos, reclaman la apertura total de sus establecimientos y una ampliación de los horarios que mejore la rentabilidad de sus negocios.

Hasta ahora pueden abrir hasta la 1 de la madrugada y poner mesas de hasta 10 clientes, aunque siguen sin servicio de barra. Por ello, piden recuperar las condiciones previas a la pandemia, una vez finalizado el Estado de Alarma y el toque de queda, con una progresiva vuelta a la normalidad en prácticamente todos los sectores económicos.

Han sido tiempos de «incertidumbre y ansiedad» por saber qué iba a pasar, aguardando la publicación en el Boletín Oficial del Estado para conocer las condiciones de funcionamiento de sus negocios y su modo de vida, el sustento económico de sus familias.

Así lo confirma Domingo Martín, vicepresidente de la Asociación de Hosteleros de Talavera y gerente de La Sastrería, que reconoce las continuas contradicciones entre las restricciones que imponen desde el Gobierno central y el regional, lo que genera desconocimiento y mucha confusión entre los interesados. «No sabemos a qué tenemos que hacer caso, solo pedimos que se nos aclare de una vez y que las medidas sean coherentes porque hasta ahora no han sido fructíferas».

Para los responsables de los negocios nocturnos es incomprensible que a ellos les cierren los locales a la 1 de la mañana, y durante el resto de la madrugada los clientes continúen la fiesta en otros lugares públicos o privados, con botellones y reuniones de grandes concentraciones sin ningún tipo de control de las medidas sanitarias. Por ello defienden que ampliar la apertura de sus establecimientos supone un mayor control no solo de la población, sino también de las restricciones que ésta debe cumplir. Se toma la temperatura, se controla el uso de la mascarilla    o la distancia. «En nuestros locales están garantizadas, fuera no tanto».

Por eso consideran que con el sector de la hostelería ha habido «ensañamiento», porque la mayoría de sus empresas cumplen las normas y las hacen cumplir.

El gerente de Complejo SanPeter, David Lozano, tiene la misma opinión en los aspectos básicos. El gerente de Gatsby, la Bombonera, El Patio del Botánico y Botánico Premium, reconoce que abrir hasta las 6 de la mañana es demasiado estando aún en pandemia, pero sí reclama un horario mayor al establecido en estos momentos.

pérdida del ‘tardeo’. La situación es más compleja aún con la llegada de las altas temperaturas, ya que el calor impide que se desarrolle el ‘tardeo’ y las horas de más actividad, a partir de las 20 horas de la tarde, se acortan y se limitan hasta la 1 de la madrugada. Con esto, el ocio nocturno no tiene apenas margen para hacer algo de negocio.

La pérdida de las horas de la tarde también es destacada por Manuel Cuadrado, gerente de Aire, Circus, El Huerto y La Siesta. La actividad se inicia más tarde, se para para la cena y cuando regresa, es prácticamente la hora del cierre. «No compensa», indica, e incluso opina que era más rentable cuando se mantenía el toque de queda.

Estos límites horarios han llegado después de meses de establecimientos cerrados, sin trabajo, con  infinidad de ERTES y muchas familias inmersas en la incertidumbre. Por ello, ahora se pide más flexibilidad, más aún cuando la práctica del botellón no consigue eliminarse completamente a pesar de estar prohibida. «Cierras tu negocio y de camino a casa, en la zona de La Barrosa, hay cientos de jóvenes bebiendo sin ningún tipo de control ni limitación. Es un despropósito absoluto, no tiene mucho sentido», indica Cuadrado.

En su opinión, este tipo de negocios «no son capaces de rentabilizar» ya que para cumplir con todas las normas, y atender correctamente el servicio de mesas, contratan más personal que antes de la pandemia. Así, para algunos empresarios ha sido «insostenible» y han tenido que echar el cierre; los que se mantienen, lo hacen con muchas complicaciones económicas. Por ello, piden que no se «culpabilice» a todo el sector, sino  que se castigue a quien no lo hace bien, al igual que en todos los sectores, y se premie a los que cumplen las normas.