La borrasca Filomena arrecia en Toledo y en las últimas horas no han dejado de sucederse las incidencias. Aunque el tráfico se ha reducido drásticamente tras los continuos avisos de las autoridades de no realizar más que los desplazamientos necesarios, en las calles también existe riesgo para los peatones. A las capas de hielo y las caídas hay que sumar el riesgo de desprendimiento de ramas por el peso de la nieve.

En la jornada de ayer los bomberos del Ayuntamiento de Toledo tuvieron que acudir a dos avisos de ese tipo, uno en el Casco Histórico y otro en el Polígono residencial. El primero de ellos sucedió en la calle Unión, en los aledaños del Alcázar, justo encima de la entrada a la piscina cubierta del barrio. Una rama de grandes dimensiones no aguantó el peso de la nevada y terminó quebrándose. Por fortuna no transitaba nadie por la zona en esos momentos.

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De nuevo los coches fueron protagonistas en la calle Torrijos, en el barrio de Palomarejos, a las 17:00 horas el peso de la nieve provocaba la rotura de varias ramas, cayendo parte en varios vehículos estacionados, que sufrieron daños de chapa y pintura, pero sin lamentar daños personales.