El reconocimiento de una escritora, en manos de la sociedad

Jaime Galán
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La Escuela de Traductores reivindica el Día de las Escritoras con mención especial a las traductoras. Piden reconocimiento profesional en una sociedad poco igualitaria

Concejales y ponentes que participaron en el acto. - Foto: David Pérez

Escribir para todos, no para hombres o mujeres. Centrarse en el contenido sin mirar el género del autor. Es uno de los mensajes que ha destacado por encima del resto en el Día de las Escritoras. Debido a la ubicación del acto de reivindicación de esta efeméride, la Escuela de Traductores de Toledo, en esta ocasión, han cobrado un especial protagonismo las traductoras, «las grandes olvidadas de la literatura» según el concejal de Cultura, Teo García. A través de una tertulia, se ha analizado la situación actual de la profesión, tanto de las propias traductoras como de las escritoras. Y las asistentes a la cita han coincidido en una máxima, que la sociedad sigue coartada por unos «valores machistas» que limitan la proyección de la  literatura femenina.

El acto ha sido moderado por Elvira Rivero, secretaria de la Asociación de Libreros de Toledo, y en él han participado Cristina Macías, traductora de la saga 'Juego de Tronos', Virginia del Puente, traductora y maquetadora, y Lidia Rey, editora de 'Galaxia Gutenberg'. 

En un primer momento, han analizado la profesión del traductor y la importancia que tiene que no interfieran en el mensaje que quiere transmitir el autor original. Al traducir una obra a otra idioma, surgen ciertos enunciados que en un idioma pueden ser un dicho muy común, y ser incomprensible en otros. Cristina Macías expone que el objetivo debe ser «explicarlo de la manera que no se transgiverse la idea original del autor». Algo que las traductoras bromean, «implica muchas noches en vela». Virginia de la Puente, en cambio, admite que, a veces, «es una opción más sensata transcribir el dicho en otro idioma en cursiva, y explicarlo en una nota a pie de página». 

Posteriormente, debatieron sobre el papel de una mujer traductora. Consideran que si la profesión ya es poco reconocida económicamente, si se trata de una mujer aun menos. Elvira Rivero añade, en el marco global de las escritoras, no solo traductoras, que «el 80 por ciento del sector son mujeres, pero que los grandes premios se destinan a hombres». La editora Lidia Rey destaca que, desde su experiencia, una traducción es «un coste adicional que puede hacer que el libro no sea viable». Y añade, si además, el libro está escrito por una mujer, se tiende a pensar que «los lectores deben ser mujeres».Y es ahí donde ha entrado en juego otro debate. La perspectiva de género en el contenido del libro. Las ponentes manifiestan que la mayoría de las editoriales piensan que las mujeres solo escriben «literatura infantil o femenina», cuando el objetivo de un autor, sea cual sea su género, es llegar al mayor número posible de lectores, argumenta Lidia Rey. Creen, por tanto, que es un trabajo más de concienciación entre los padres, que de los propios niños, «mucho más tolerantes».

Elvira Rivero, desde su experiencia como librera, relata una anécdota en la que un padre va a comprar un libro para su hijo y le pide recomendación. Inmediatamente, ella le propone 'La princesa dragón', a lo que el hombre le responde: «es para un niño». Rivero le volvió a sugerir la misma obra. Es hasta ahí donde quieren trasladar su mensaje en el Día de las Escritoras. Para que ellas empiecen a ser reconocidas profesionalmente, todos debemos empezar a poner de nuestra parte.