Desde la Junta invitan a mirar hacia 2030 y preguntarse qué región será entonces Castilla-La Mancha. «En 2030 Castilla-La Mancha va a ser circular», apunta Marta Gómez Palenque, directora general de Economía Circular. Si piensan que eso consiste en clavar un compás gigantestco en Alcázar de San Juan y trazar una circunferencia, entonces tienen que entrar en la nueva web de la Junta:https://economia-circular.castillalamancha.es.
Aquí se explica que de lo que se trata es de superar el modelo de una economía lineal, que no es sostenible, en la que se desperdician alimentos, se generan cantidades de residuos que van invadiendo el medio antural y cada vez se gasta más agua y energía de fuentes que se van a agotar y que contaminan. La idea es darle una vuelta a todo eso para ser una economía circular. Y eso es algo que se puede hacer en diez años.
Para ello han lanzado esta web que hoy se ha presentado en la que se explica «con un lenguaje muy facilón» y con una imagen visual muy fresca qué es la economía circular. La directora general destacó que en la pestaña ‘participo como’ se puede elegir entre administración, empresa o ciudadano, pues cada uno puede hacer muchas cosas para avanzar a un modelo de futuro. De hecho, para cada perfil se recomiendan distintas acciones que se pueden realizar desde ya. «Es un mensaje claro de que juntos lo podemos cambiar», expuso, «si juntas las acciones individuales, ése es el verdadero cambio».
También en la web se recogen noticias de actualidad, agenda relacionada con este tema y más material de leyes, documentos y recursos para «los más curiosos, los que quieren aprender más». Además van a buscar buenas prácticas de distintos ámbitos para aprender del ejemplo.
El director general de Administración Digital, Juan Ángel Morejudo, apuntó que este portal web es un primer paso para luego crear una plataforma en la que se puedan facilitar las sinergias o generar nuevos servicios.
¿Qué puedes hacer tú?
La web sugiere una serie de acciones que se puede hacer como ciudadano, como administración o como empresa para caminar hacia un modelo de economía circular. Estas son las propuestas para el ciudadano de a pie.
Reducir el desperdicio de alimento. Se consigue planificando menús, haciendo la lista de la compra, reaprovechando lo que se cocina y mirando la fecha de caducidad.
Menos plásticos. Se reduce si se compra más a granel, se usan bolsas reutilizables o se opta por beber agua de grifo en lugar de embotellada.
reparación de productos. En lugar de tirar el aparato que se estropea y comprar uno nuevo, se puede buscar en el municipio profesionales o establecimientos que lo reparen.
Llevar residuos al punto limpio. Se pueden llevar pilas y baterías, aceites usados, cartuchos de tóner, restos de productos químicos, radiografías, escombros, ropa, también grandes y pequeños electrodomésticos, aparatos electrónicos, fluorescentes y bombillas de bajo consumo.
Separar los residuos y reciclar. Lo de papeles al azul, envases al amarillo y vidrio al verde está bastante asentado, pero hay que prepararse para separar lo orgánico para el contenedor marrón, que ya empieza a extenderse.
Reducir el uso del coche. Además de mirar la alternativa del transporte público, se puede compartir vehículos con compañeros de trabajo o ir a pie en trayectos cortos.