Pajarito y Mueso tampoco tirarán este año de la tradición

Leticia G. Colao
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Los hermanos Joaquín y Jesús Gómez, de Gamonal, lamentan con «tristeza» el segundo año sin una celebración plena de la fiesta, y sin la preparación previa de sus carneros al frente del Carrito de Mondas.

Pajarito y Mueso tampoco tirarán este año de la tradición - Foto: Manu Reino

Los hermanos Joaquín y Jesús Gómez viven una semana muy tranquila. Muy a su pesar, acumulan con este el segundo año sin poder preparar a los carneros de las Mondas, los grandes símbolos de una fiesta que no solo representan el arraigo de la tradición ganadera en la zona, sino la unión de Talavera y Gamonal en el mantenimiento y la continuidad de una de las fiestas más antiguas de España.

En estos días, previos al Gran Cortejo de Mondas que debería celebrarse el sábado, los ganaderos de La Atalaya, en la EATIM gamonina, estarían sin un minuto libre domando a los carneros que tiran del carrito que cierra el desfile. No es poca cosa. En las manos de los ganaderos, y en las patas de los carneros, siglos de tradición.

Pajarito y Mueso serían este años los encargados de tirar del carrito, como ya hicieron en 2019, último Cortejo celebrado. Este 2021 era, además, la última oportunidad para Pajarito ya que por su edad no podrá hacerlo el próximo año, indica Joaquín Gómez a La Tribuna. Se trata de uno de los carneros históricos de la fiesta talaverana, acumulando ocho ediciones de Mondas, compartidas con otros compañeros.

Mueso, que se llama así por las «pequeñas orejas de su madre», sumaría con esta su segunda participación, aunque tendrá más en el futuro, ya que tan solo tiene cuatro años.

Joaquín y Jesús Gómez, y antes que ellos su abuelo Julián y su padre Saturnino, no solo guían a los animales cerrando el desfile entre la plaza del Pan y los Jardines del Prado. Las jornadas previas, incluso 30 o 40 antes del gran día, los entrenan para que no se cansen en un trayecto largo, para que no se asusten ante tanta algarabía y ruidos y atiendan obedientes las indicaciones. Un arduo trabajo que este año, lamentablemente, no han tenido que hacer. Con la experiencia acumulada, aseguran, los animales «están ya domados y tranquilos».

Esto les ha ahorrado también mucha inquietud. Los hermanos aseguran vivir con «los nervios a flor de piel una semana antes y hasta que los animales llegan a la Basílica delPrado, porque lo único que queremos es que ese día todo salga bien». En este sentido, recuerda que «vamos con animales, y el animal en un momento dado se acalora y puede reaccionar de una forma o de otra, pero yo tengo mucha confianza en ellos».

Tristeza. Joaquín y Jesús no pueden disimular el desasosiego que le provoca no participar en el cortejo.  «Sentimos tristeza porque llevamos muchos años y notamos la ausencia». Tanto es así, que Joaquín cumple este año 50 años guiando a los carneros de Gamonal con su padre, y 30 solo junto a su hermano, tras la jubilación de Saturnino. «Empecé con 11 años y solo falté el año que estuve en la mili», recuerda emocionado, a los que ahora suma los dos años del Covid.

La tradición está en la familia Gómez de la Cruz desde hace 88 años, y ahora los hermanos se acompañan también de sus hijos y de sus nietos, que esperan igualmente con ilusión la llegada del  Sábado de Mondas.

Y es que guiar a los dos carneros y al Carrito de Mondas, engalanado de banderas, tomillo y romero, no es cualquier cosa. «Cuando pasas por la puerta del Ayuntamiento, la emoción la trae la llegada de los carneros, cuando pasamos ante las autoridades, porque todo el  mundo te aclama, te lo agradece, es para vivirlo, es muy grande». Tras el recorrido por la ciudad, cruzan las puertas de la Basílica, a los pies de la Virgen del Prado, junto a los únicos animales que pueden entrar en su interior. «Se ponen los pelos de punta, a mí me emociona mucho».