El Museo de Cerámica Ruiz de Luna es uno de los grandes afectados por la Resolución de la Delegación Provincial de Sanidad con medidas especiales en materia de salud pública para la contención del Covid-19, en el área sanitaria de Talavera. Como centro cultural, mantendrá cerradas sus puertas desde hoy y durante los próximos 14 días al público, aunque seguirán trabajando en el interior avanzando en las labores habituales de catalogación de piezas y en la atención de peticiones externas.

El director del Museo talaveranos, Fernando Luis Fontes, lamentó con resignación el cierre y lo que esto supondrá para la cultura. «Es  un mal pero es un mal necesario, los museos como todos los centros públicos se tienen que acoger a las normas sanitarias y la salud es lo primero».

Fontes destacó que la cultura «también es una necesidad, pero si  no hay salud no hay nada más», por lo que el museo talaverano se ha ajustado a la situación adaptándose a la normativa que, desde ayer, puede verse en la entrada del centro.

Con esta norma, la función pública del museo «se ve tremendamente afectada porque no estamos abiertos al público ni damos servicios, que es nuestra principal razón de ser»; sin embargo, la actividad no parará en el interior. Los trabajadores, con su gerente, Belén Flores, a la cabeza, continuarán con su labor habitual de cada día.

Así, continuará la entrada de nuevas piezas y con  ellas, la catalogación, el inventario y estudio de cada una de ellas, además de atender las numerosas peticiones de investigadores, llegadas de todas las partes del mundo, y a las que se da salida por internet. Fontes indica que durante este tiempo, «vamos a seguir trabajando a nivel interno para estar lo mejor preparados posibles para abrir al público».

El cierre de las instalaciones al público en general se amplía igualmente a los profesionales que acceden a museos y sus archivos o bibliotecas llevando a cabo trabajos de investigación en diferentes sectores del mundo cultural. En este caso, y aunque el protocolo de actuación no está definido, será complicado permitir su acceso a unas instalaciones públicas cerradas por decreto.

No obstante, el director del Ruiz de Luna asegura que la mayor parte de peticiones de investigaciones no se llevan a cabo de forma presencial sino principalmente por internet y desde el museo se responde ofreciendo la información o materiales solicitados escaneados.

«Si estamos cerrados al público lo lógico es que los servicios al público externo también se vean disminuidos, pero no es una situación que se da muy a menudo en el museo. Las colecciones de Ruiz de Luna se distribuyeron por todo el mundo, y hay peticiones de todo el mundo».

Lo que también se verá afectado es la visita de colegios, la realización de talleres o las visitas guiadas, algo que afectará a la economía de forma indirecta, ya que muchos trabajadores dependen del buen funcionamiento de los museos.

Menos visitantes. El cierre de las puertas por segunda vez este año, en este caso al menos para 14 días, traerá  consigo un descenso considerable en el número de visitantes del Museo de Cerámica talaverano, lo que se suma a la caída experimentada por el turismo desde que se inició la pandemia. Tanto es así que el mismo Fontes la define como «brutal» porque además del Ruiz de Luna, el resto de museos toledanos, como el Santa Cruz o sus filiales, de los que también es director, viven del turismo nacional e internacional, y ambos han caído en picado en los últimos meses. «Realmente nos hemos visto muy afectados pese a la medida de gratuidad que acertadamente decidió el Gobierno regional» para mejorar estas cifras.

Esta medida sigue en pie hasta finales de año, por lo que en cuanto pasen estos 14 días, y siempre que las medidas no se prorroguen, la entrada al Ruiz de Luna seguirá siendo gratuita.