"El público estará más receptivo a ciertas cosas de Merlí"

Galena Koleva (SPC)
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Habitual de las series de época, el intérprete catalán llega a la esperada segunda temporada de este 'spin off' como Axel, un ebanista encargado de restaurar el paraninfo de la universidad que tendrá una conexión muy especial con Pol

"El público estará más receptivo a ciertas cosas de Merlí"

Aunque él mismo reconoce que en más de una ocasión le han dicho que tiene cara de época, Jordi Coll (Mataró, 1985) se atreve con todo, incluso a restaurar el paraninfo de una universidad. Al menos, esa será su labor inicial en la esperada segunda temporada de Merlí. Sapere Aude.

La Facultad de Filosofía abre de nuevo sus puertas el próximo viernes con el estreno de un doble episodio de la serie original de Movistar+. Un nuevo viaje hacia la madurez, la filosofía y el amor, en el que Jordi Coll, a través de su personaje, formará parte.

Esta temporada supone el regreso de Pol y sus compañeros, pero también tiene nuevas incorporaciones. Una de ellas es tu personaje. ¿Cómo has llevado eso de ser el nuevo?

La verdad es que en ningún momento me han hecho sentir como el nuevo. Ha sido una maravilla. Yo ya seguía la serie, veía que era una ficción muy bien hecha, y ya desde dentro ha sido fantástico. Tienen muy claro lo que quieren, te ayudan para conseguir lo que han buscado en el personaje y tuve la suerte de que les gustaron mis propuestas.

Háblame de tu personaje, Axel. 

Él entra en la universidad, que es donde conocerá a Pol y sus compañeros, porque es el restaurador del paraninfo. Dentro del mundo universitario es un ente que está en otro círculo, casi como un intruso.

Por el carácter, Axel es bastante desenfadado, un hombre libre y juguetón. Tiene cierta relación con María Bolaño, que le lleva a entrar a sus clases y ahí conoce a los estudiantes, entre ellos a Pol.

Con Pol consigue tener una conexión especial en un momento muy complicado para él en esta temporada. Sin desvelar mucho... ¿Cómo crees que le ayuda Axel?

A Pol se le solapan dos cosas que no le parecen complementarias en un mismo momento, no puede convivir con las dos cosas a la vez. 

Los dos son espíritus jóvenes, pero con esos 10 años de más de experiencia (que tiene Axel), aprendes a relativizar muchas cosas, las cosas de la vida las encaras de otra forma... Axel le va a dar esa paciencia, esa comprensión, calma y tranquilidad. En algún momento quizá no. Eso es lo que va a intentar, pero a veces no todo sale como uno quiere.

¿Te sientes identificado con Axel?

En ciertos puntos, sí. Y en otros, ya me gustaría a mi tener esa calma (risas). Él también tiene sus cosas, sus temas familiares. Cada uno tenemos los motivos que nos encienden el motor, y él tiene los suyos. 

Pero por el resto, es un hombre bastante tranquilo, y eso, ahora mismo y más con esta situación que estamos viviendo, donde mirar hacia el futuro cuesta porque no sabes cómo va a ir, ya me gustaría tener esta calma... Ese «todo irá bien», pero creértelo de verdad.

Hablando de esta situación... Merlí. Sapere Aude se ha rodado en plena pandemia. ¿Cómo ha sido?

Muy cómodo dentro de la incomodidad. El equipo se lo curró muchísimo, la parte del protocolo fue muy rigurosa y eso te da la seguridad de que, entre todos los que estamos aquí, no está pasando nada: nadie se está contagiando ni nadie está contagiando a nadie (...)

Hay incomodidad a nivel de que una secuencia en el exterior quizá ha ido bien, la interpretación estaba bien, luz y sonido también... Pero la revisas y al final del todo ha cruzado una persona por la calle con mascarilla y se tiene que repetir. Por suerte, ya estamos en la era digital. Se borra la secuencia y se hace otra.

La temporada muestra muchas preocupaciones de los jóvenes, pero no refleja el coronavirus. ¿No echas en falta uno de los elementos que más preocupa actualmente?

Personalmente no, sabiendo que además ahora vendrán muchas cosas que tratan sobre el tema.

Además, la serie ya tiene unos temas de fondo muy importantes...

Sí. Incluso creo que, debido a la situación actual, estaremos más receptivos a ciertas cosas que pasan en la serie (...) Todos hemos empezado a valorar mucho ciertas cosas que antes siempre han estado ahí.

Te diste a conocer entre el gran público en El secreto de Puente Viejo y has estado en otros títulos como Acacias 38. Hay quienes piensan que las series diarias tienen menos calidad que una ficción semanal. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Pues... Me han dicho alguna otra vez que tengo cara de época (risas). Respecto a lo que dices... Sí, es un título impuesto a las series diarias desde que empezaron. Yo no lo comparto. Evidentemente, hay un tema de producción, planificación, presupuesto... Pero realizar una serie diaria es complejo y muy cansado. Son muchas horas, muchos días y años trabajando mucho (...)

Lo que aprendí en El secreto de Puente Viejo, sobre todo porque fue la primera, no lo he aprendido en ninguna escuela del mundo. Sobre todo por la rapidez con la que se tiene que hacer. El tiempo medio de grabar una secuencia larga eran 45 minutos, cuando en una serie de prime time te pasas un día para rodar un trozo de una secuencia.

Además, las series diarias tienen una parte muy positiva y es que dan trabajo a muchísima gente. Apuestan muchas veces por caras nuevas y dan la oportunidad a gente joven. Muchos hemos empezado ahí y nos ha servido de mucho (...)

También me he encontrado con actores y actrices con premios Goya que nunca se habían encontrado con esto y me han dicho: ‘Jordi, no me sale’. Tienen un talentazo enorme, pero de todo hay que aprender. Lo mismo me pasaba a mí con los musicales, que no está considerado como teatro de verdad. Al final, acabas diciendo: ‘Hazlo tú, haz un doblete de tres horas de Grease, cantando y bailando como una bestia, y cuando tu cuerpo ya no pueda más, haz otra función’. Son cosas distintas. Nunca va a ser lo mismo hacer un Hamlet que Grease, y nunca será lo mismo hacer La casa de papel que El secreto de Puente Viejo.

Este mismo mes los espectadores podrán verte también en El inocente, en Netflix. ¿Qué puedes contar sobre tu papel en la serie?

Es un personaje pequeñito. Fue una maravilla, muy corto, pero muy guay. Es una serie que es otra historia completamente diferente de Merlí. Sapere Aude... Esa novela negra de Harlan Coben, uno de los escritores estadounidenses de moda. De hecho, mi padre está en un grupo de lectura de novela negra, donde Harlan Coben es su ídolo... Es lo que más ilusión le ha hecho en la vida (risas).

¿Y qué otros proyectos tienes entre manos?

Ahora mismo estoy en el teatro haciendo la función que teníamos que hacer en mayo del año pasado. Así que, recuperando un poco el tiempo de confinamiento. 

Y aún no se puede contar, porque está pendiente de confirmar, pero estoy pendiente de otra cosa audiovisual que deseo y espero mucho que en breve pueda decir eso de ‘pues sí, estoy ahí’.