Inquietud cultural por el futuro del Alfar de La Purísima

C.S.Jara
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Arrabal confía en que se garantice la permanencia del último alfar tradicional de Talavera

Inquietud cultural por el futuro del Alfar de La Purísima

Salvar el último alfar tradicional se ha convertido en los últimos tiempos en una prioridad para varios colectivos culturales, entre los que es patente la inquietud por su futuro. La cooperativa de cerámica La Purísima, cerrada hace unos quince es el último testimonio de los alfares que un día proliferaron por la ciudad de la cerámica y que podría ser, de salvarse, el legado para que las próximas generaciones puedan conocer los procesos de elaboración declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

«Estaremos expectantes, nosotros y varios colectivos más como la Asociación de Amigos del Museo Ruiz de Luna y Tierras de Cerámica, que están en la misma línea, de intentar que el Alfar de la Purísima se salve y se convierta en algo vinculado a la puesta en valor de la cerámica». Lo explica el arqueólogo César Pacheco, en representación del colectivo de investigación histórica Arrabal, que ha mantenido conversaciones con el Ayuntamiento en este sentido. 

«Nuestra primera propuesta era evitar que se demoliese, porque nos parece una aberración que Talavera tenga la declaración de Patrimonio de la Humanidad para su cerámica y que el último alfar tradicional que nos queda, el de La Purísima, vaya a desaparecer», señala. La ordenación urbanística de esa zona, que incluye el alfar, el cine Calderón, el antiguo cine de verano y varios solares del entorno, ha sido la razón que ha encendido las alarmas. 

Según las citadas conversaciones, el Ayuntamiento habría dado marcha atrás en su intención inicial de demoler el complejo cerámico para abrir una calle hasta Cerería, pero la falta de constancia formal al respecto, dado que el PERI proyectado está todavía en elaboración, no permite despejar totalmente las dudas.

declaración de bic. «Sería un escándalo, una metedura de pata garrafal y llegado el momento nosotros aceleraríamos una petición de declaración de bien de interés cultural como conjunto etnográfico, porque creemos que tiene suficiente entidad», advierte el representante del colectivo Arrabal, en la convicción de que la petición iría respaldada además por otros colectivos. 

Pacheco defiende que el Ayuntamiento debería buscar la fórmula más adecuada para hacerse con las instalaciones, que siguen en manos de varios de los antiguos cooperativistas,  para después recuperar el edificio y utilizar todo el complejo como centro de formación o interpretación de la cerámica: «Están todos los elementos y con poco que se pueda invertir en la restauración del edificio, tendríamos el alfar montado». 

 

«Un complejo industrial excepcional»

A la historia, el contenido y el valor etnográfico de La Purísima dedica la revista Cuaderna un artículo en su último número, dentro de su sección de ‘Patrimonio desconocido’. Firmado por César Pacheco y Marcos Muñoz, el artículo desvela lo que la estrecha entrada del antiguo alfar no permite ver: «Se trata de un complejo industrial que aglutina elementos tradicionales con los modernos, combinando estructuras y maquinaria de la alfarería tradicional talaverana con innovaciones contemporáneas más prácticas y acordes con las necesidades productivas, como los hornos eléctricos. Todo ello representa, en gran medida, la idiosincrasia  de la actividad alfarera en Talavera desde al menos la Edad Media».     

En una frase, los autores reflejan la importancia de este espacio: «Un complejo excepcional que adquiere un valor más relevante si cabe con ese respaldo de la declaración de Patrimonio Inmaterial por la Unesco». 

El alfar se fundó en 1909, cuando Julián Montemayor se estableció en una de las casas del antiguo convento de Santa Ana y de sus hornos salió, por ejemplo, la fachada de la antigua Caja Postal, en La Trinidad, hoy conservada en el Ruiz de Luna. En 1941 Montemayor vende el alfar a Elidio Sánchez Sosa, fundador de La Purísima. En 1961 varios trabajadores de la fábrica se constituyen en cooperativa con el mismo nombre y se encargan de llevar a cabo mejoras en las instalaciones y reorganizar los espacios.