El turismo sigue en caída y sin freno, como demuestran los últimos datos de la Encuesta de ocupación hotelera facilitada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La capital de la región intentó alegrar  el panorama con su iluminación navideña, pero la pandemia y las fuertes medidas sanitarias impuestas han frenado en seco a un sector que tuvo esperanzas y mejores números en verano, pero aquello se ha transformado en un espejismo y la realidad no es demasiado alentadora en estos momentos en plena tercera ola del virus.

El turismo en la ciudad de Toledo se ha desplomado en tan solo diez meses, ya que enero y febrero de 2020 comenzaron con mejores registros que sus homólogos de 2019. Así, la pandemia ha provocado que en Toledo hayan bajado las pernoctaciones en 2020 un 70,6% respecto a 2019, pasando de rozar el millón (912.549) a 267.445. Una caída de 645.104 pernoctaciones.

Además, la capital de Castilla-La Mancha despidió el año con una ocupación hotelera bajo mínimos, un desplome del 84,7% de pernoctaciones en diciembre respecto al mismo periodo del año anterior. Únicamente permanecieron abiertos 28 establecimientos hoteleros para prestar servicio frente a los 60 que  operaban un año antes, que registraron un total de 9.989 pernoctaciones, de las cuales únicamente 805 correspondieron al turistas extranjeros. Toledo asumió 6.988 viajeros, 6.430 residentes en España, un número muy inferior al que acogió en diciembre de 2019, más de 43.000 turistas que visitaron la ciudad e hicieron noche o pasaron varios días.

Las Navidades se han vuelto un reclamo turístico en los últimos años para escapadas de fin de año y otras oportunidades, pero diciembre pasó muy desapercibido esta vez, y las fiestas navideñas aún más si se tiene en cuenta las restricciones de movilidad de muchas comunidades autónomas.

Según los datos publicados esta semana, los hoteles y el resto de establecimientos que abrigan al turismo en diciembre  ofrecieron 1.270 habitaciones y mantuvieron un grado de ocupación del 13,01%, porcentaje que subió al 18,5% los fines de semana del último mes de  2020. La falta de actividad del sector también se refleja en el número de empleados activos, ya que únicamente prestaron servicio 195 empleados, un 62,2% menos que en condiciones normales.

más indicadores. La estadística del INE tiene una lectura algo más amable si se compara la variación mensual, ya que se detectó algo más de movimiento y de visitas a Toledo, a pesar de que la actividad en el Casco también se resintió bastante. Pese a todo, la ciudad recibió 977 turistas más en diciembre que el mes anterior. Lo mismo sucede con las pernoctaciones, ya que figuraron 640 más. Por tanto, la actividad del sector turístico creció un 66% en solo un mes, pero el aumento no es significativo para el sector, sobre todo, si se tiene en cuenta el temporal de nieve y frío que inauguró 2021 y la irrupción con fuerza de la tercera ola de la pandemia, que mantiene fuertes restricciones en todas las comunidades autónomas desde hace semanas.

En relación a las pernoctaciones, la balanza se inclina al lado contrario, ya que en noviembre el  tiempo medio de estancia fue de 1,56 días de media, mientras que en diciembre se quedaron en Toledo algo menos, 1,43 días de media. En este caso, los establecimientos hoteleros de la ciudad echan en falta que se alarguen las estancias, al menos, para alcanzar la media nacional, situada en 2,3 días por viajero.

Grave crisis. El turismo ha cerrado 2020 sumido en una grave situación, con las peores cifras en medio siglo y una caída de la facturación de más de  75%, lo que supone que pase a ser un sector fuerte del PIB, ya que hasta el año pasado representaba el 12,4% del Producto Interior Bruto, a un puesto mucho más modesto, con un 4% del PIB en 2020.

El INE arroja en su estadística  una disminución del 81,2% de las pernoctaciones el pasado mes en líneas generales, con lo que Toledo se encuentra incluso en peor situación, con un 3,5% por debajo de una media nacional muy acusada.