Los accionistas de Alvinesa Natural Ingredients acordaron ayer dar entrada, como socio de la compañía, al fondo británico ICG, con sede en Londres, en una operación cuyo cierre está únicamente sujeto al cumplimiento «de las condiciones habituales en este tipo de transacciones», del que no han trascendido cifras, pero que mantendrá al actual presidente de la compañía, Jesús Cantarero, «como accionista de referencia, lo que garantiza la continuidad del proyecto de la compañía a futuro». La operación supondrá también que Artá Capital, que depende de la familia March, acabe su fase inversora iniciada en 2017, «habiendo transmitido la totalidad de sus acciones».

Desde ese año, Alvinesa ha incrementado su beneficio operativo un 250 por ciento y ha acometido inversiones en su planta de Daimiel por cerca de 25 millones de euros. Así lo indicaron a La Tribuna fuentes de la negociación que tiene como objetivo el mayor complejo industrial del mundo dedicado al aprovechamiento integral de la uva que fue inaugurado en Daimiel en 2015 y que es un referente en la elaboración de ingredientes naturales a partir de esta materia prima.

El nuevo socio de la compañía se ha impuesto en una puja en la que participaban Goldman Sachs, Riverside y un consorcio entre Freeman y Torreal para la compra del paquete en manos del fondo español de la familia March y que distintos diarios económicos situaron en una cantidad que osciliaría entre los 325 y los 375 millones de euros en un proceso que ha contado con Rothschild como asesor.

El nuevo socio de Alvinesa es un fondo británico que gestiona más de 45.000 millones de euros con presencia en 15 países de Europa, Asia y América. Las inversiones más recientes de ICG en España son Konecta, Suanfarma, DomusVi y Garnica y su entrada se anuncia como garantía «de desarrollo del plan de negocio de la compañía para los próximos años, y en especial su crecimiento orgánico e inorgánico internacional», destacan fuentes de la negociación. Alvinesa sustenta su actividad en un modelo de negocio basado en el procesamiento de subproductos vitivinícolas (más de 250.000 toneladas en el último año), permitiendo que la industria del vino sea 100% circular y sostenible.

En abril de 2017, Artá Capital se unió al proyecto liderado por Jesús Cantarero con el objetivo de incrementar la presencia de la compañía en la fabricación de ingredientes de alto valor añadido y reforzar su compromiso en materias medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés).

En el plano de los nuevos ingredientes, la compañía en este periodo ha completado su cartera de productos con colorantes y antioxidantes de alto valor añadido (extractos de piel, semilla, concentrados de vino entre otros), ha incluido en su portfolio gamas de productos ecológicos y ha entrado en nuevos mercados como el del bioetanol de segunda generación, convirtiéndose en una empresa de referencia a nivel europeo. «Este fuerte impulso ha sido gracias al refuerzo del equipo directivo y a las inversiones realizadas, como la planta de extractos naturales que entrará en funcionamiento en los próximos meses o la deshidratadora adquirida en 2017».

En lo referente a medidas ESG, en este periodo la compañía ha sido «muy activa» en materia de inversiones. En 2019 acordó con Endesa la construcción de una planta fotovoltaica, que le permite completar el 100% de sus necesidades energéticas mediante autoconsumo y con fuentes 100% renovables. Adicionalmente, se llevó a cabo la construcción de unas balsas en sus instalaciones para un mejor aprovechamiento del agua utilizada durante el proceso productivo. Todas estas inversiones, así como las nuevas contrataciones realizadas en la plantilla en todas las áreas, se han materializado en su planta de Daimiel, fomentando el compromiso de la compañía con el desarrollo local.

Asimismo, desde 2017 Alvinesa ha realizado un esfuerzo de internacionalización que se traduce en que más del 80% de sus productos se consuman en mercados internacionales.