Tras la II Guerra Mundial Europa quedó devastada. Fueron años de conflicto bélico que dejaron millones de muertos, incontables heridos, y ciudades e industrias arrasadas en Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, Polonia o Bélgica. El general estadounidense George C. Marshall fue uno de los que contribuyó a la victoria de los aliados, y el presidente Harry S. Truman lo colocó al frente del Departamento de Estado. Fue él el que ideó un plan de apoyo para estas economías en ruina que más tarde llevaría su nombre: el 'Plan Marshall'. Se aprobó en 1948 y fue indispensable para volver a poner en pie al viejo continente, que estaba arrasado. Aquel plan estaba dotado con 13.000 millones de dólares.
Dejen que, salvando las distancias, les traiga de nuevo al presente. Este miércoles el Gobierno de Castilla-La Mancha junto con los sindicatos y la patronal, firmaron la renovación del 'Pacto por la Reactivación Económica y el Empleo' de Castilla-La Mancha con un horizonte 2021-2024. Este plan contempla un presupuesto de más de 8.800 millones de euros, y pretende generar más de 100.000 puestos de trabajo, según comprometió el presidente del Gobierno, Emiliano García-Page. Repito que, salvando las distancias, se me vino a la cabeza este ingente proyecto de reconstrucción de la Europa arrasada por la guerra cuando vi tal unidad en la región con un mismo objetivo, recuperarnos de la crisis que nos ha dejado la Covid-19. De hecho, a pocos días de la declaración del Estado de Alarma en España, el propio Pedro Sánchez venía reclamando a la Unión Europea un nuevo 'Plan Marshall'. «Europa está en guerra contra el coronavirus y tenemos que responder con todas nuestras armas y nuestros instrumentos» decía entonces Sánchez, y agregaba que «no hay excusa que valga para no movilizar todos esos recursos».
En el ámbito de sus competencias, lo ha hecho esta semana Castilla-La Mancha en una muestra más, que ya es ejemplo, de los frutos que es capaz de dar el diálogo social si se cultiva y se riega con mimo. Patricia Franco lleva tiempo abonando el terreno para que este tipo de acuerdos, como el del Consejo del Diálogo Social, o la ampliación del Plan Financia Adelante, y este 'Plan Marshall' regional, hayan salido adelante con el compromiso y la voluntad de todos los agentes implicados. «Este pacto trasciende lo económico» valoró el presidente de los empresarios de la región, Ángel Nicolás, tras su firma, convencido de que afectará al desarrollo económico pero también social de la Comunidad. Es una «guía de libertad» lo calificó Paco de la Rosa, secretario general de CCOO. Luis Manuel Monforte, secretario general de UGT, coincidió en que «no habrá recuperación si no se sale todos juntos». Todas estas expresiones se podrían haber dado en aquel lejano ya 1948.
Emiliano García-Page puso entonces en valor la importancia del diálogo «en una sociedad donde se discute por todo y casi nada es importante», lo que da más valor si cabe a este acuerdo que proporciona estabilidad, seguridad y esperanza en el futuro para la región. Dudo que a Patricia Franco le den el Premio Nobel de la Paz, como le otorgaron a George C. Marshall cinco años después de la puesta en marcha de este plan, pero sin duda se merece un reconocimiento por sentar a todos a una misma mesa a pensar en el futuro de los castellano-manchegos, y conseguirlo.