FNCA reconoce un avance del Plan de Cuenca pero lo ve tímido

Leticia G. Colao
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La Fundación Nueva Cultura del Agua cree «poco ambicioso» el avance porque incumple las sentencias del Supremo. Se recoge el régimen de caudales ecológicos pero con retraso ya que no se implementarán hasta 2027.

FNCA reconoce un avance del Plan de Cuenca pero lo ve tímido - Foto: Manu Reino

La Fundación Nueva Cultura del Agua considera un avance el borrador del Plan Hidrológico de la parte española de la Demarcación Hidrográfica del Tajo (2022-2027) presentado el pasado lunes, aunque lo cree «tímido e insuficiente» para las necesidades del río tras más de 40 años de trasvase. Nuria Hernández-Mora, investigadora asociada de la Fundación, resume a La Tribuna la valoración de la organización que trabaja por un cambio en la política de gestión de aguas para conseguir actuaciones más racionales y sostenibles, sobre el último documento del Ministerio de Transición Ecológica. Y aunque reconoce mejoras, no son las esperadas para la cuenca.

Como positivo, la existencia por primera vez de un régimen de caudales ecológicos en todas las masas de agua de la demarcación, con todos sus componentes. Es decir, los caudales mínimos que deben circular por el río, los máximos, que regularán que los desembalses no sean tan elevados «y puedan alterar o destrozar el ciclo fluvial aguas abajo de los embalses»; los caudales de generación, que intentan devolver una dinámica fluvial con crecidas, y las tasas de cambio, relacionadas con los embalses hidroeléctricos.

Sin embargo, y a pesar de establecer estos caudales mínimos y hacerlo con un régimen que fluctúa con el año en periodos estacionales, Hernández-Mora cree que siguen siendo «escasos y poco ambiciosos, además de no responder a las expectativas y estudios técnicos y científicos que nosotros planteamos en los recursos al Supremo, para devolver al río la vida que necesita».

Esto es «grave», indican desde la FNCA, pero «es aún más grave que se pospone la implementación al final del ciclo hidrológico incumpliendo clarísimamente las sentencias del Supremo». Y es que en el Tajo los caudales ecológicos se establecerán de forma progresiva y no estarán fijados completamente hasta el final del ciclo, es decir, el año 2027. Por el contrario, indica Hernández-Mora, en el resto sí se aplicarán desde la entrada en vigencia del plan. La excepción se encuentra en el Tajo, «es decir, en la zona condicionada por el trasvase Tajo-Segura».

No parecen importar las sentencias del Alto Tribunal, que en 2019 censuró la no existencia de caudales ecológicos a la altura de Aranjuez, Toledo y Talavera, y exigía su establecimiento. Se siguen sumando años de retraso al establecimiento de estos caudales, que deberían estar fijados desde el primer ciclo de planificación, en 2009. De no modificarse, acumularán 18 años de tardanza y consecuencias más que graves para la dinámica fluvial, la flora y la fauna del río. «Nos retrasamos casi en 20 años, algo que el Supremo nos dijo hace dos que ya estábamos incumpliendo».

«Poco ambiciosos». La existencia de caudales mínimos ecológicos recogidos en un documento, aplaudido desde la Fundación Nueva Cultura del Agua, no impide que considere que las cifras aportadas en el borrador son «menos ambiciosas» que las establecidas en el Esquema de Temas importantes, «que a su vez es menos ambicioso que lo que se proponía en el primer Plan Hidrológico del Tajo de 2010, el que estuvo publicado muy poco tiempo», recuerda. Por supuesto, añade, «son menos ambiciosas que lo que planteábamos en los recursos ante el Tribunal Supremo, en cuyas periciales se basó la sentencia del Tribunal».

En este caso, se establecen unos caudales mínimos que coinciden en Talavera y Toledo, y que se quedan en 13 metros cúbicos por segundo en los meses de verano, lejos de los 26 solicitados por el Ayuntamiento en este tiempo, y mucho más de los 40 requeridos para invierno.

«En lugar de ser ambiciosos para el río, empezamos por mínimos,  siempre con el yugo del trasvase que condiciona cualquier medida», explican desde la FNCA, donde también destacan que el río está «sobreexplotado y por ello, muy tensionado».

Anexo Aranjuez. Preocupa especialmente la existencia de un anexo en este borrador del Plan de Cuenca, que permitirá que el caudal ecológico mínimo de Aranjuez, establecido en 6 metros cúbicos por segundo en la Ley del Trasvase «que no se podía reducir bajo ninguna circunstancia», pueda caer por debajo de los 4 metros cúbico por circunstancias excepcionales de sequía. Teniendo en cuenta que  la zona de gestión para la sequía de la que depende Aranjuez es la cabecera del Tajo, con los embalses de Entrepeñas y Buendía, y de ellos depende el trasvase, desde la Fundación temen que la situación de  sequía excepcional se decrete en numerosas ocasiones. No obstante, indica Hernández-Mora, «las excepciones se convierten en regla con demasiada frecuencia en el Tajo».