El último (y estúpido) capricho

Diego Izco
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Faltar al respeto a los patrocinadores, una moda peligrosa si cuaja lo de Cristiano, Pogba o Locatelli

El último (y estúpido) capricho - Foto: Archivo

Van Dijk llega a la sala de prensa tras haber ganado la Copa de Europa con el Liverpool y su primer gesto es darle un lingotazo de experto a una botella de Heineken, que es una cerveza neerlandesa (como él), pero, además, patrocina la Liga de Campeones casi desde que a la copa le pusieron orejas.

Un guiño cómplice que supuso un impulso importante a la imagen de la cervecera: los grandes ídolos marcan las tendencias… y lo que esta semana han hecho algunos de ellos ha causado un profundo malestar no solo en Coca-Cola o Heineken, sino en la propia UEFA, que ahora mide cómo regañar («Prohibido tocar las botellas», concluyen) sin enfadar a los jugadores pues, también para ella, los futbolistas son unos enormes vehículos propagandísticos.

Ver a Cristiano apartando dos botellas del refresco para recomendar agua, a Locatelli haciendo tres cuartos de lo mismo o a Pogba quitando la birra (¡Heineken le acababa de dar el premio al mejor jugador del Francia-Alemania!) fue un estúpido capricho que ha dañado la imagen de ambas empresas: cuando se inició la conferencia de prensa del capitán luso, por ejemplo, las acciones de Coca-Cola estaban en 56,10 dólares; cuando terminó, habían bajado a 52,22: perdió 4.000 millones de valor de empresa por ese gesto. Cuando firmó por la Juventus, La Gazzetta dello Sport publicó un artículo en el que aseguraba que el 40 por ciento de los ingresos anuales de Cristiano provienen ¡de patrocinadores! Nike, Castrol, Armani, Tag Heuer, Herbalife, Emirates, Pokerstars, Konami, Samsung, Toyota... y Kentucky Fried Chicken, cuya bebida de cola es Pepsi. ¿Doble moral o estrategia calculada?