"Hay que evitar la saturación de la primera ola"

Javier D Bazaga
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La portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Blanca Fernández, asegura que no se descarta ninguna medida, pero que se trabaja en evitar un nuevo confinamiento domiciliario, manteniendo el equilibrio entre economía y salud.

"Hay que evitar la saturación de la primera ola" - Foto: Yolanda Lancha

La portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha se enfrenta estos días a la difícil tarea, pero necesaria, de explicar a la población las medidas de restricción que está aplicando el Ejecutivo para limitar la movilidad, y evitar así la transmisión comunitaria del virus. No obstante, asegura que la sociedad castellano-manchega es muy madura y responsable, por lo que confía en que no se reproduzcan episodios de violencia como los registrados en otras ciudadades del país.

¿Cómo afronta el Gobierno esta nueva ola del virus?

Con mucha preocupación. El Gobierno intenta conjugar la dificultad enorme que tiene esta pandemia para preservar la salud pública y la economía. Estamos en ese filo de la navaja de tomar las decisiones que puedan compatibilizar, en la medida de lo posible, y no siempre lo es, mantener cierta actividad económica a la vez que la protección de la salud. Lo monitorizamos a diario.

¿Temen un colapso como el de marzo y abril, o estamos mejor preparados?

Aún estando mejor preparados, las medidas que se están tomando, y que se tomarán, están encaminadas a evitar ese colapso. Si tenemos un sistema de salud que responde, y está respondiendo, estaremos dando más opciones a la curación del contagio.

Lo que hay que evitar es esa saturación que se produjo en la primera ola, que fue terrible. Fue muy dura desde el punto de vista de la gestión sanitaria y desde la gestión política, y emocionalmente porque morían todos los días compatriotas. Hay que evitar a toda costa el colapso. Es el objetivo de Francia cuando decreta el confinamiento, de Alemania cuando decreta el cierre de los bares, y de España cuando decreta el Estado de Alarma.

¿Qué se ha hecho en materia sanitaria para prepararnos ante esta segunda ola?

El sistema se ha reforzado. Hay 7.000 profesionales más en este momento. Estamos en una ratio bastante buena en cuanto a rastreadoras –que son en su mayoría mujeres–, más de 540 se contrataron en un primer momento, se han complementado con casi 200 profesionales del Ejército, y 90 más que han reforzado los sistemas de salud pública.

Pero España tiene un problema y es que no hay profesionales de la medicina. Cuando se critica a los gobiernos por no contratar suficientes médicos es porque no los hay. El consejero de Sanidad ya advertía antes incluso de la pandemia que hay muchas plazas que no se pueden cubrir.

¿Y en las residencias, qué se ha hecho?

Se articuló un equipo de apoyo sanitario, por provincias, con un coordinador para prestar apoyo a esas residencias que no cuentan con suficientes profesionales sanitarios, y menos aún en ese momento en los que hay escasez en todos los centros. Ahora hay equipos de refuerzo en todas las provincias coordinados con Bienestar Social.

Tardamos mucho en abrir las puertas de las residencias, y fuimos muy criticados por no querer abrirlas a las visitas, pero una vez que las abres el virus puede entrar. Entra con las visitas y puede entrar con los trabajadores.

Con el conocimiento que tenemos ahora, ¿qué se hizo mal en la primera ola?

Se hizo mal que no se conocía este virus. Como país desarrollado, teníamos una falsa sensación de inmunidad a determinados problemas, y eso se trasladó a los gobiernos. Como en Italia, en España somos unas sociedades que nos relacionamos mucho, nos tocamos mucho, y eso pudo influir en la evolución de la pandemia. Nadie tenía la varita mágica.

Pero si se hubiera conocido más este virus se habrían tomado medidas mucho antes. Desde enero probablemente. En febrero hubo ya transmisión comunitaria que nadie supo ver y explotó en marzo. Ahora es muy evidente, en enero habría que haber tomado medidas muy claras en los aeropuertos o en el transporte público de Madrid para haber evitado el confinamiento tan duro que tuvimos que sufrir.

¿Habría que tomar esas medidas ahora?

Hay que evaluar la situación momento a momento. Yo no soy epidemióloga. Lo tienen que decir los científicos. Los políticos tenemos que tener la inteligencia y humildad para conjugar la lucha contra la pandemia sin hundir la economía.

¿Preparan medidas más duras como el confinamiento domiciliario?

No se puede descartar nada, pero hay que trabajar por evitar ese confinamiento domiciliario. Pero necesitamos el cumplimiento de las medidas. Hay un porcentaje de gente que incumple el confinamiento siendo positivos. Hay que llamar constantemente a la responsabilidad ciudadana y combatir la insolidaridad de las personas que se quitan la mascarilla o protestan. Para frenar una pandemia como esta hay que coartar libertades.

¿Temen que en Castilla-La Mancha se den también brotes de violencia?

Creo que tenemos una sociedad muy madura y veo difícil que se den esas situaciones. Por lo general la gente es responsable, son minorías radicales las que han provocado estos disturbios, por lo que rechazo de plano este tipo de manifestaciones y de violencia. La libertad también tiene límites, como la salud de las personas.

El Gobierno ha demostrado que el diálogo con otras comunidades es efectivo y da resultados. ¿Cree que la presidenta de la Comunidad de Madrid está actuando de forma responsable?

Somos respetuosos con las decisiones que se toman en otras comunidades. Pero los presidentes García-Page y Mañueco salieron convencidos de que se había pactado un confinamiento perimetral y luego no fue así. En política hay que mantener la palabra dada. Al menos ha confinado Madrid durante estos dos puentes.

Los confinamientos de Castilla-La Mancha y de Castilla y León, y luego de otras comunidades, demuestran que no hay nada contra Madrid, que no es una decisión por un color político. Aquí hay una convicción y un hecho probado, y es que a más movilidad mayor transmisión comunitaria del virus, por tanto hay que limitar la movilidad. Madrid preocupa porque son 6,5 millones de habitantes.

¿Ha hecho bien el Gobierno de España decretando este estado de alarma y luego dejando las decisiones en manos de las comunidades autónomas?

El mando único tuvo resultado. Y no es descartable que lo tenga que volver a asumir. Pero el valor fundamental tiene que ser la cogobernanza. Quien gestiona el sistema sanitario son las comunidades por lo que la cogobernanza es irrenunciable.

Ahora al menos hay criterios básicos que son homogéneos en toda España. No es razonable que se produzcan situaciones contradictorias, porque la decisión de Madrid de no cerrar perjudica a los demás, y es ahí donde el Gobierno de España tiene que asumir su liderazgo y tomar decisiones, más allá de que a veces desde Madrid se hagan y se digan cosas muy difícilmente comprensibles.

Han presentado ya los presupuestos regionales. ¿Los han adaptado a la situación actual?

Hemos demostrado, antes y después de la pandemia, que vinimos aquí para reconstruir Castilla-La Mancha tras los recortes que de manera tan indiscriminada se acometieron desde 2011 a 2015. Es a lo que nos hemos dedicado: a reconstruir la Sanidad, la Educación y el Bienestar Social, y a tratar de que la economía sea más fuerte. Dialogando y pactando con los agentes sociales.

Ahora nos toca enfrentarnos a una situación inimaginable, y todavía no sabemos las consecuencias reales que tendrá sobre la economía esta crisis. Que el Gobierno de España haya liderado en Europa que la salida de esta crisis no puede ser que la misma de 2008, con recortes, es un paso adelante.

Tampoco tenemos la receta mágica, la solución está por construir, y hay que construirla de la mano de la gente. Hay que saber aprovechar el dinero que va a venir de Europa con proyectos de carácter público-privado para apuntalar una economía que se está viendo seriamente dañada, y sin renunciar a la protección social. Mantener el colchón social que tanto nos ha costado, también en materia de dependencia donde hemos hecho un esfuerzo brutal con la tarea pendiente del Gobierno de España de financiar adecuadamente ese sistema de dependencia, y cuya financiación deja muchísimo que desear.

Los presupuestos son expansivos y las cosas se van a hacer con mucha cabeza. Pero la palanca se tiene que pactar con los agentes sociales.

Los presupuestos podrían salir con la mayoría absoluta que tienen en las Cortes. Pero han querido hablar con Ciudadanos.

Nos gustaría que salieran por unanimidad. Ciudadanos está demostrando con hechos, más allá de la crítica y la función de control al Gobierno, ser leales y útiles a Castilla-La Mancha. Creo que es posible pactar los presupuestos con ellos, y en ello estamos. Sin embargo, con el PP, deja mucho que desear que hayan votado en contra de algo tan objetivo como es el techo de gasto, con más dinero para CLM que viene vía Europa. Si el PP tuviera la intención de hablar en serio de los presupuestos no habría votado en contra de ese techo de gasto que inyecta más dinero a los presupuestos regionales. ¿Qué problema hay? No hay subida de impuestos, y los gastos van a Sanidad, Educación, la economía… No tiene explicación posible.

Si no somos capaces de ponernos de acuerdo en este momento, con una pandemia mundial que se está llevando por delante la vida de muchas personas y la economía, ¿en qué momento lo haremos? Llamo al PP y al señor Núñez para que se tomen en serio ese diálogo, estamos abiertos a pactar con el PP ese presupuesto. No se trata de pensar en las siguientes elecciones, sino en cómo ayudamos a Castilla-La Mancha.

¿Lo ve posible?

Es complicado, pero nosotros no vamos a tirar la toalla.

¿Han podido analizar los Presupuestos Generales del Estado? ¿Sale bien parada CLM?

Lo importante de esos presupuestos es que se cumplan. El análisis de las inversiones en CLM indica que hay previstos hasta 2023 más de 1.800 millones de euros de inversión. Pero hay que aprobarlos y luego ejecutarlos, porque estamos acostumbrados a que se hayan dibujado las infraestructuras pero luego no se hayan ejecutado. Estaremos vigilantes para que se cumplan los compromisos.

¿Se seguirá apostando por la sostenibilidad del medio rural?

Estamos trabajando en el borrador de la Ley de Despoblamiento ya antes de la pandemia. En CLM tenemos que tener la vista puesta en nuestro medio rural, porque la mitad de la población vive en él. En el fenómeno de la despoblación se ha visto que se puede teletrabajar y se puede vivir en los pueblos, e ir a la ciudad una o dos veces por semana. Ahí la pandemia igual nos deja algo bueno.

Pero hasta ahora los pueblos se han ido vaciando, por la falta de oportunidades, de servicios, y tenemos que decidir qué servicios queremos tener en los pueblos. Aquí hay una reivindicación sobre el modelo de financiación autonómica. Tenemos que ver qué servicios queremos, cuánto cuesta, y ver cuánto hay que dar a las comunidades autónomas para poder prestarlos. El que quiera hacer embajadas en Marte que las pague, pero vamos a ver a cuántos minutos tiene que estar un ciudadano de un hospital o de un centro de salud, viva donde viva. Y vamos a ponerle precio a eso. Porque el coste por servicio no es el mismo en Madrid que en Castilla-La Mancha. Tenemos 1.200 centros de salud y consultorios en 919 municipios, es una realidad muy difícil de gestionar.

Además de portavoz es consejera de Igualdad, ¿cómo estamos en eso?

Hay camino que recorrer. En el medio rural las mujeres tienen menos oportunidades que los hombres. Y las mujeres cuando emigramos provocamos un problema. La masculinización de los pueblos deja envejecimiento y después muerte. Por eso trabajamos porque las mujeres tengan oportunidades en los pueblos, como el Estatuto de las Mujeres Rurales o que en la Ley de Despoblamiento esté incluida la perspectiva de género. Cuando las mujeres de un pueblo no tienen oportunidades y se van, ese pueblo está abocado a la desaparición.

¿Y en cuanto a la violencia machista hay avances?

Lamentablemente hoy vemos algnos retrocesos. El determinada población adolescente y juvevil hemos visto retrocesos en ámbitos que pensábamos que no tenían marcha atrás. Y hoy los niños tienen acceso a través de teléfonos móviles a muchas cosas. Y en cuanto a roles de género hemos visto que hay contenidos que hacen que las niñas puedan ser víctimas con el típico rol de mujer florero o macho alfa.

Contra esto solo se puede actuar permanentemente desde la educación, con los valores básicos de la igualdad y el respeto.