Los Greco de Illescas reencuentran en el Museo del Prado

Javier D. Bazaga
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La pinacoteca nacional expone desde este lunes las obras del pintor cretense de la Iglesia del Hospital de la Caridad de Illescas hasta que se completen las obras de restauración

Los cinco cuadros de el Greco en Illescas cuelgan ya de las paredes del Prado, en una muestra única. Han requerido de un retensado de los lienzos y regeneración del barniz para su restauración. - Foto: Juan Lázaro

Desde este lunes, el Museo Nacional del Prado expone las obras del Greco de la Iglesia del Hospital de la Caridad de Illescas. Un conjunto artístico que pintor cretense realizó en lienzo y que, debido a las obras de restauración del Santuario de la Caridad de la localidad toledana, ha acogido la que se considera como su «segunda casa» hasta que concluyan esas obras, previstas para finales del próximo mes de febrero.

De este modo, el Museo del Prado se ha convertido en «anfitrión» temporal de estos cinco grecos que destacan por su belleza, su color, pero sobre todo, y según puso en valor la comisaria de la muestra, Leticia Ruiz, por ser una producción que nos muestra al pintor en su última etapa creativa con su estilo más personal, y con las que «se adelantó a las escenografías del Barroco».

Diálogos. La muestra ‘El Greco en Illescas’ supone «todo un acontecimiento» para el Museo del Prado, como reseñó Andrés Úbeda, director del Patronato del Museo, que ha decidido reunir en una misma sala este conjunto que supone una de las máximas expresiones de la cultura de la localidad, y uno de los pocos emplazamientos que se conservan tal y como el Greco los diseñó, como expuso su alcalde, José Manuel Tofiño, también presidente de la fundación Funcave, y que ha hecho posible en buena medida esta exposición.

Además, la pinacoteca ha decidido que compartan sala con los otros ‘grecos’ que el Prado custodia y con los que permanecerán en un «diálogo constante» mientras las piezas sigan en Madrid, como explicó la comisaria Ruiz, que dio la bienvenida a estas piezas a la que consideró su «segunda casa». San Ildefonso, La Virgen de la Caridad, la Anunciación, La Natividad y La Coronación de la Virgen componen esta obra encargada para decorar la capilla mayor de la iglesia del hospital. Con ellas están ya las que componen el conjunto diseñado por el pintor para el antiguo Colegio de María de Aragón –hoy convertido en el Senado de España–, que por primera vez se reúnen dando muestra de esa producción final del pintor «caracterizada por el completo desinterés por las convenciones espaciales, el uso de modelos alargados y llameantes, creados con pinceladas cada vez más deshechas y vibrantes», y datados entre 1597 y 1600.